POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)
Llevaba Pedro González Sánchez veinticinco años asistiendo el reloj situado en la torre del tejado de las Consistoriales y durante todos esos años se le fueron abonado 100 pts. anuales, de modo que viendo cómo la carestía de la vida se incrementaba y todos los funcionarios y trabajadores del Ayuntamiento veían aumentados sus sueldos solicitó -en buena lógica- que se le incrementase también a él dicha retribución.
Era un servicio casi cotidiano el tener que dar cuerda al reloj y estar atento -según él- a los quebrantos ocasionados en la maquinaria por sus muchos años de servicio.
El aumento que solicitaba era tanto como triplicar el que tenía “congelado”, pasando de 100 a 300 pts. al año.
Pero el alcalde se negó a concederle ningún incremento de sueldo, alegando que por 100 pts. había quien hiciese el mismo trabajo y -en consecuencia- Pedro González dimitió el día 20 de abril de 1935, a las 11 horas.
A partir de ese momento el reloj quedó en manos del vecino I. D. B. con las mismas condiciones que tenía Pedro González antes de solicitar la subida de sueldo.
Entretanto, Francisco Beceña González, Presidente del Tribunal de Cuentas, Vocal del Tribunal de Garantías Constitucionales en representación de las universidades españolas y catedrático de Derecho Constitucional en varias universidades (hermano de la conocida benefactora canguesa Camila Beceña) gestionó el envío de 2.000 pts. para la cantina escolar de Arriondas, un hecho que tuvo lugar un año antes de su desaparición a manos de una “checa” (instalación que se utilizaba al margen de la ley en zona republicana durante la Guerra Civil para detener, interrogar, torturar, juzgar de forma sumarísima y -a veces- asesinar, sin que -en este caso, como en tantos otros- nunca más se supiese dónde quedaron sus restos).
La Corporación acordó pasar un oficio al comandante de la Guardia Civil para que alejase a los muchos gitanos que merodeaban por las inmediaciones y contornos del concejo y -a petición del Gobernador Civil General- contribuyó con 10 pts. a fin de que se comprase una bandera nacional para la Comandancia de la Guardia Civil de Asturias, atendiendo dicha petición previa hecha a los municipios asturianos.
Y la primera luz sobre el puente del río Sella en Arriondas se colocó en agosto de 1935, el poste para dicha bombilla lo ofreció desde su fragua o taller de herrero el vecino Santiago Belío.
Fue en este mes de agosto cuando la Fiesta de las Piraguas aparece citada por primera vez en los libros de archivo del Ayuntamiento de Parres.
El jueves, día 8, se dio cuenta en el pleno municipal de una circular remitida por la Sociedad Tenis Club de Infiesto suplicando al Ayuntamiento de Parres una subvención de 50 pts. para la VI Regata de Piraguas del Sella (que ése era su nombre)
La Corporación parraguesa contestó que “en atención a la mucha afluencia de forasteros que a esta villa trae dicha fiesta, acuerda concederle la expresada cantidad de cincuenta pesetas”.
Agradeció el Presidente del Club de Tenis de Infiesto la subvención concedida.
En esa VI Regata participaron por primera vez Villaviciosa y Santander, con salida desde Arriondas por cuarta vez consecutiva. El Descenso pasó así a ser de carácter nacional.
No se celebró ninguna fiesta en 1935 por la trágica muerte del palista de Villaviciosa J.A. Iglesias en una prueba en la que participaron treinta embarcaciones.
Durante los ocho años siguientes no se celebraría esta fiesta debido a la Guerra Civil Española y a sus consecuencias posteriores, un paréntesis que duró desde el año 1936 hasta 1943, ambos inclusive.
No dar cuenta al administrador de arbitrios de las mercancías que se introducían en el concejo en los fielatos del Orrín, en Cangas de Onís (pero en suelo parragués) o en el de Soto de las Dueñas, acarreaba duras sanciones. Por ejemplo, dos vecinos del pueblo de Avalle -cuyos datos personales quedaron registrados- introdujeron catorce litros de vino desde el concejo de Ponga, uno, y una caja de sidra desde el vecino concejo de Cangas, el otro.
La sanción fue de 25 pts. a cada uno, más 5 pts. de arbitrios ordinarios al que introdujo el vino sin declararlo, y 10 pts. al de la caja de sidra.
Aquel verano del ´35 la luz pública llegó por vez primera a Ozanes y a Las Caserías de Pandeaguilar, incluso se indica que las tres bombillas de Ozanes se habían colocado en casa de Dña. Bibiana, otra a la entrada del barrio de Xunco y una tercera en el tendejón de Francisco Fdez. Glez.
Una bombilla de “16 bujías” tenía cada uno de los barrios de Arenas, con un total de treinta y dos vecinos: “La Bolerina” (5), “La Bolera” (7), “La Peralina” (6), “El Tulo” (7) y “La Fae” (7). Y recordamos que vecinos eran los cabezas de familia, mientras habitantes eran todos los que vivían en un pueblo o localidad.
El cuartel de la Guardia Civil disponía de luz gratis, dado que el Ayuntamiento abonaba el gasto de seis bombillas y el resto corría a cargo del dueño de la Fábrica de Electricidad de Coviella, hasta que llegó el nuevo dueño José Tarapiella Caso -vecino de Sobrepiedra- el cual se negó a seguir dando el exceso de alumbrado sobre las seis luces que abonaba el Ayuntamiento.
Y al que llamamos como río Chico/Chicu, la Dirección General de Obras Hidráulicas le conocía como río Santo Tomás.
Especialmente en verano las competiciones de bolos tenían mucho arraigo en los pueblos del concejo y en su capital. En Cofiño los vecinos acudían a jugar en la bolera situada en “La Cantera” que -al parecer- era una especie de camino transitable, utilizando los bolos que les facilitaba Casimiro Cofiño, por lo que una vecina denunció que obstaculizaban el paso, aunque la mayoría dijo que allí se jugaban bolos desde siempre, de forma que el Ayuntamiento pidió que no se siguiese utilizando el mismo lugar. Protestaron los vecinos oponiéndose a la Corporación y desoyeron al alcalde de barrio.
Un Decreto Ley de la Presidencia de la II República creaba la escuela Profesional de la Mujer, dentro del régimen legislativo de las Escuelas Elementales del Trabajo y el día tres de octubre el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes habilitó un crédito de 115.360 pts. para la construcción de las Escuelas Graduadas de Arriondas; 10.000 pts. para el año 1935 y las restantes 105.360 para el siguiente año 1936.
(Unas escuelas que -diez años después- estarían aún sin concluir).
El Sindicato Agrícola de Viabaño adquirió un terreno en “El Toyo” para construir un bajo de ladrillo e instalar en su interior una báscula para poder pesar el ganado.
Al taxista José López Castaño le abonaron 65 pts. por trasladar al hospital de Oviedo a un transeúnte que había sido herido de gravedad por las puñaladas recibidas por otro transeúnte en una reyerta en la villa.
Un billete de tren desde Arriondas a Infiesto suponía 1,70 pts.
La crisis económica había impedido que aún a finales de 1935 los vecinos del ´Barrio de Abajo´ instalasen agua, ´retretes´ y cisternas, por lo que se les concedió una prórroga de tres meses para hacerlo.
Fue durante el periodo republicano cuando a esta zona de Arriondas comenzó a denominársele ´Barrio de Abajo´ y no ´Corral de Abajo´, como había sido durante más de cien años.