POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES ARRIONDAS (ASTURIAS)
La Corporación Municipal permitió a los vecinos cuyos edificios habían sido destruidos o habían quedado muy dañados durante la guerra que los escombros que los mismos hubiesen generado pudiesen ser depositados en La Llera, sirviendo de relleno del lugar que había quedado muy por debajo del nivel con respecto al muro próximo al río Sella.
Era Jesús Robles el veterinario municipal y hubo de pasar una dura prueba de opiniones sobre su persona y trabajo en tiempo de la República, buen trabajador y -anotaron- “enteramente de izquierdas”, pero limitándose al desempeño de su profesión sin intervenir en la política local.
Los subdelegados parroquiales del Sindicato Agrario estaban contentos con él, aunque no una minoría. La nueva Corporación posterior a la guerra decidió readmitirle provisionalmente, con un sueldo de 2.000 pts. anuales mientras se depuraban algunos cargos contra él formulados.
Dos gestores (concejales) fueron comisionados para que acudiesen a Lada -en Sama de Langreo- puesto que habían aparecido varios cadáveres en la mina “El Pinar”, por si hubiese algún vecino del concejo entre ellos “sacrificados por los rojos”, se lee textualmente.
Entretanto, la esposa del que había sido médico desde el 7 de enero de 1911 solicitaba que se le abonasen sus derechos de viudedad, puesto que su esposo había sido “asesinado vilmente por la canalla marxista” la noche del 6 de septiembre de 1936.
En esa misma noche también había sido fusilado por una “checa” el funcionario del ayuntamiento y Oficial Mayor contra el que se habían manifestado en la plaza del ayuntamiento varios vecinos con anterioridad, al considerar que había insultado a la República y a sus representantes, habiendo estado detenido desde el inicio del llamado Alzamiento Nacional, por lo que su viuda solicitaba para ella y para sus hijos el derecho a percibir el 50% del sueldo de su padre, el cual sería destinado para su alimentación, según recogían las leyes del momento.
Así les asignaron una paga de 1.500 pts. al año, el 50% de lo que percibía el funcionario fusilado.
Al enterrador Rafael Cofiño le abonaron 64 pts. como jornales por haber dado sepultura a ocho “soldados nacionales” en el cementerio de San Martín, próximo a Arriondas.
Numerosas personas vivían en el concejo como “población flotante” desde el inicio de la Guerra Civil el 18 de julio de 1936, a los que algún gestor-concejal calificaba como “indeseables en su mayoría” y presionaba para que fuesen expulsados cuanto antes.
Era en ese momento guardia municipal Mariano Velilla y sereno Ramón Somoano Suardíaz.
La Exposición de Ganados del Oriente de Asturias, en Arriondas (que cuando se escriben estas líneas en el año 2019 alcanzó su 76 edición), tuvo su inicio hace ochenta y un años, en 1938 y -salvo cinco breves interrupciones temporales- sigue siendo el segundo certamen de ganado más antiguo del Principado, después del de Avilés.
Para esa primera cita ganadera se le concedió una subvención municipal de 1.000 pts.
En el mes de octubre se programó dicha exposición de ganados para el día 24 de julio de 1938, aunque acabó coincidiendo durante muchos años con la Fiesta Sacramental que -desde tiempos inmemoriales- tenía lugar cada 18 de julio.
Aquel 18 de julio la celebración de la citada fiesta fue mediante una “misa de campaña”.
Tiempos convulsos aquellos, porque habrá que recordar que en el año 1938 la Guerra Civil Española aún no había terminado, aunque el periodo de quince meses en el que Asturias fue teatro de operaciones de la misma había concluido en octubre de 1937.
Los efectos de la guerra en Arriondas eran evidentes, con edificios civiles y religiosos destruidos y hasta el que había sido alcalde de la villa y miembro de la Comisión Gestora – dispuesta por el Frente Popular- Lino Álvarez Vázquez, de 42 años, había sido condenado a pena de muerte en enero y fusilado el día 3 de marzo de 1938.
A Lino Álvarez lo citamos en el capítulo LIX de estas “memorias” cuando -en 1931- le autorizaron a instalar un tostadero de café.
Sería el 21 de julio cuando Dolores Rodríguez consiguió autorización para abrir una cantina en la estación del ferrocarril de Arriondas.
Protestaban los maestros porque había chinches en los locales escolares que compartían con el ayuntamiento, mientras seguían en construcción las escuelas graduadas y se rehabilitaba la casa consistorial.
A dos gestores se les encargó hacer un listado de responsabilidad civil de los “individuos rojos” y proponer -después- la expropiación de sus bienes; de hecho, ya muchas vacas y novillas de “rojos” se habían sacado a subasta, precisamente el día 18 de julio.
La Corporación decidió celebrar el primer aniversario de la liberación de la mayor parte del concejo, esperando que asistiesen a los actos “todos los que sintiesen correr por sus venas sangre española”.
Los actos programados fueron:
-Día 11 de octubre, a las 6 de la tarde, llegada de la Banda de Música Provincial de la Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S., la cual despertaría al vecindario a las 8 de la mañana del día siguiente -12 de octubre- interpretando una alegre diana.
-A las 10 horas se oficiaría una misa de campaña en la plaza del ayuntamiento en acción de gracias por la reincorporación del concejo de Parres a la España Nacional.
-A continuación se entonaría -también como acción de gracias- un solemne Te Deum, cuyas estrofas se inician: “Te Deum laudamus, te Dominum confitemur, te aeternum Patrem, omnis terra veneratur…” (“A ti, oh Dios, te alabamos, a ti, Señor, te reconocemos, a ti, eterno Padre, te venera toda la creación….”).
-Al «Te Deum» seguiría un desfile de las fuerzas militares, Falange, agrupaciones juveniles de la Falange local y la banda de música.
-Desde las 12,15 hasta las 2 de la tarde habría un concierto en la Plaza Venancio Pando a cargo de la misma banda musical.
-Para las 4 de la tarde se programó una visita al cementerio parroquial para depositar coronas de flores en las tumbas de “los héroes que dieron sus vidas por liberarnos”.
-De 6 a 8 de la tarde tercer y último concierto en la plaza pública.
En la invitación a los vecinos se les pidió que asistiesen con el máximo entusiasmo, advirtiendo que era “obligatorio” que todos los domicilios estuviesen engalanados en sus fachadas.
Cuando el general Franco anunció en la reunión del Consejo Nacional de F.E.T. y de las J.O.N.S que José Antonio Primo de Rivera había muerto hacía casi dos años (el 20 de noviembre de 1936) la Corporación de Parres dejó constancia de su sentimiento por dicha pérdida el 20 de octubre de 1938.
La falta de trabajo era general y las solicitudes llegaban por decenas al ayuntamiento. Veamos un caso concreto: Francisco Dago García (de la Vega de los Caseros) presentó una instancia en la que destacaba que desde la liberación de la zona el 21 de octubre de 1937 venía solicitando trabajo infructuosamente; añadía que había agotado todos sus recursos y solicitaba un puesto de arbitrios en el fielato de Soto de las Dueñas.
Los méritos que alegaba eran que los “rojos” le habían robado todo cuanto tenía, que había sido encarcelado desde el 28 de septiembre de 1936 hasta el día de la ´liberación´ y que había pasado cincuenta y siete días en la famosa cárcel flotante “Luis Caso de los Cobos”, además de que le habían quemado las dos casas que su familia tenía en la citada Vega de los Caseros.
Con carácter interino (´temporero´, decían) le concedieron el puesto de trabajo que solicitaba.
Por otra parte, el “Cuerpo de mutilados de guerra por la Patria” entra en ´escena´ a partir de estas fechas y tiene preferencia para ocupar muchos de los puestos vacantes que se daban entre municipales, serenos, barrenderos, funcionarios temporales…etc.
En la Cuesta de Llames habían muerto seis soldados del bando nacional y le encargaron a Alberto González una cruz para colocarla en dicho lugar, aunque los cuerpos de los soldados estaban en el cementerio de Viabaño.
La Corporación envió un pésame a Franco por la muerte de su hermano Ramón, que había fallecido en extrañas circunstancias cuando su hidroavión cayó al mar durante una operación de bombardeo.
Y el alcalde -José González Díaz- indicó que podían adquirirse dos imágenes para la capilla de San Antonio, una la del titular de la capilla y otra de la Virgen del Pilar y así poder celebrar allí todos los años la doble fiesta de la liberación de Arriondas y la “Fiesta de la Raza”, ésta última cada 12 de octubre.