POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)
-Vivir de espalda a los ríos y arrojar a los mismos todo tipo de basuras fue una constante muy española desde siempre -aún no corregida totalmente- y muy propia del nivel cultural y desprecio por la Naturaleza de países que se podrían calificar como periféricos subdesarrollados.
De modo que no es de extrañar que -el 18 de diciembre de 1947- el Ayuntamiento autorizase a Plácida Miyar Sánchez a arrojar al río Sella los escombros del edificio que había quedado en ruinas tras haber sido bombardeado por error; hablamos de la primera casa que vemos al entrar en Arriondas -a la derecha del puente- conocida como “La Torre” o “La casa de las francesas”, a las que -por cierto- cuando vivían en Francia, allí eran conocidas como “las españolas”.
De modo que no es de extrañar que -el 18 de diciembre de 1947- el Ayuntamiento autorizase a Plácida Miyar Sánchez a arrojar al río Sella los escombros del edificio que había quedado en ruinas tras haber sido bombardeado por error; hablamos de la primera casa que vemos al entrar en Arriondas -a la derecha del puente- conocida como “La Torre” o “La casa de las francesas”, a las que -por cierto- cuando vivían en Francia, allí eran conocidas como “las españolas”.
Muchas veces, cuando veo este edificio y recuerdo las fotos de sus ruinas, pienso que las guerras son una especie de invento de la humanidad para recrear cerca de sí misma cómo será el inframundo del averno, el mismo infierno y, cuando la guerra es civil, el odio sin tregua ni medida parte del fondo más oscuro y temible del alma de los hombres.
Por eso es necesaria la memoria, por eso no conviene acercar el fuego a la mecha…
El edificio del que hablo comenzó a tramitar su nueva construcción apenas veinte días después de nacer quien escribe estas líneas, puesto que la instancia fue presentada el día 2 de enero de 1948.
Puede que -con suerte- veamos este edificio pintado y adecentado algún día, puesto que el lugar de privilegio que ocupa lo pide “a gritos”.
Así lo dejamos escrito cuando se redactan estas líneas al inicio del año 2020.
-Era sereno por aquellos días Manuel Somoano Suardíaz y -cuando solicitaba permiso para ausentarse- era sustituido por Ramón Llamedo, al que encontraremos más adelante durante largos años como titular de la plaza.
Precisamente en esas fechas salió a concurso la plaza de “sereno guardia nocturno”, siendo uno de los aspirantes José Martín Vega, de Arobes.
-Cuesta trabajo creer que en la muy católica España de los años 40 no fuese festivo el día de Navidad. Lo demuestra que ese día de 1947 -a las tres de la tarde- se reunieron en comisión municipal permanente en la Casa Consistorial el alcalde y dos tenientes de alcalde para tratar asuntos rutinarios en la semanal sesión permanente, previa al pleno municipal.
-Cobraba el secretario -Silvino Otero Manzano- 15.000 pts. anuales como sueldo base, más 9.157 pts. por cinco quinquenios.
-José Hevia Sánchez percibía 13.500 pts. como interventor de fondos, pero debía renunciar a 5.000 pts. por desempeñar la misma función en el Ayuntamiento de Cangas de Onís.
-Antonio Otero de la Roz era empleado auxiliar temporero de arbitrios y percibía 3.000 pts. al año, tras el aumento que había solicitado y se le concedió.
-Recordemos que el Ayuntamiento había decidido cobrar un impuesto a los industriales y comerciantes de la villa para pagar a los serenos que vigilaban sus negocios y -como ya dijimos- la dirección del Banco Herrero se opuso a pagar esa pequeña cantidad, alegando que no necesitaban vigilancia nocturna alguna para su oficina bancaria de Arriondas.
El caso acabó en los tribunales y la sentencia le fue favorable al banco, obligando incluso al Ayuntamiento a devolverle las cantidades que ya le hubiese cobrado. Tuvo el banco el pequeño “gesto” final de renunciar a la devolución que le correspondía.
Caso curioso éste en el que los más ricos se negasen a pagar una mínima cantidad de pesetas para que la figura del sereno hiciese su trabajo de vigilancia nocturna.
-El “pasotismo” tenía sus cuotas permanentes de tributo, año tras año:
Trece mozos no se presentaron en 1948 para ser clasificados como soldados, declarándolos prófugos a todos los efectos penales.
El número de sesiones permanentes a las que sólo se presentó el alcalde -teniendo que ser suspendidas- seguía siendo muy alto, y sin justificar ausencias por parte de ninguno de los tenientes de alcalde, entorpeciendo así la marcha administrativa del concejo.
Eran convocadas, como dijimos, a las tres de la tarde e -incluso- a alguna sólo asistió el secretario.
El alcalde Julio Fdez. Glez. tuvo que dar cuenta del hecho al Gobernador Civil, pero de poco sirvió, dado que no pudieron celebrarse las sesiones previstas para los días 20 y 22 de julio, 31 de agosto y 2, 7, 9, 14, 16, 23 y 28 de septiembre, ¡diez sesiones suspendidas en tres meses!
-El secretario -como jefe de todos los servicios de funcionariado y empleados de dicho Ayuntamiento- se quejaba con dureza porque los mismos no asistían a las respectivas oficinas y dependencias en las horas reglamentarias, además de ausentarse abandonando sus obligaciones en horario de trabajo sin solicitar la reglamentaria autorización, incurriendo en algunos casos en una manifiesta indisciplina.
La Corporación tomó las medidas oportunas para atajar los casos denunciados por el citado secretario, aunque ellos mismos no eran precisamente un ejemplo a seguir.
-Abundaban en Asturias los concursos de palomas mensajeras, apoyando el Ayuntamiento la adquisición de trofeos para los mismos, como en el caso de la circular que remitió el Delegado de la VII Región Militar de Gijón, al que se le envió un trofeo valorado en 150 pts. además del apoyo de las sociedades colombófilas de Parres, siendo Carlos Nachón el Presidente de la Sociedad Colombófila Parraguesa, y así tiene su origen la suelta de palomas en la salida y llegada de las piraguas en el sábado de su celebración en agosto, costumbre ahora recuperada, como hemos comentado recientemente.
-Será interesante saber que el 26 de agosto de 1948, una comunicación del alcalde de Ribadesella (la Nº 1.146) solicitaba la concesión de la Medalla de Oro al Mérito Deportivo para Dionisio de la Huerta.
¿Qué respondieron en el Ayuntamiento de Parres? Pues que se daban por enterados “sin que recaiga sobre el particular acuerdo definitivo…”.
-Acababa de celebrarse el XI Descenso del Sella el día 7 de ese mes de agosto, el año en el que hubo un concurso de coches y motos adornados, cuyos premios eran corderitos, conejos, cerditos…etc.
Además a Dionisio se le ocurrió la idea (aquellos detalles tan suyos) de que se soltasen muchos globos de papel, dando a los excursionistas cientos de vales por “medio globo”, entregándose quinientos a los primeros solicitantes. Parece ser que más de trescientos de esos globos no consiguieron el objetivo de que se elevasen, y se quemaron antes o durante los primeros momentos del intento, tal vez por inexperiencia, viento, o vaya usted a saber.