POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES- ARRIONDAS (ASTURIAS)
-Llegan estas «Memorias» a su capítulo noventa mientras revisamos el mes de octubre de 1951, cuando se procedió a realizar la nueva acometida de agua para la villa de Arriondas, utilizándose como tubería de conducción de la misma la adquirida a la empresa «Uralita de Gijón S. A.».
En aquellos años (y durante bastantes más después) nadie había demostrado que los productos elaborados con amianto o asbesto provocaban cáncer, y hubo que esperar a principios de la década de 2000 para que se prohibiese su uso en los países desarrollados, quedando totalmente prohibido en la Unión Europea desde el año 2005.
Algunos apuntes municipales para este año fueron los siguientes:
-Acordaron solicitar una clínica de urgencia con seis u ocho camas y una ´Casa de Médico´.
-Decidieron vender en subasta una décima parte de todo el arbolado de los montes de Cea y Cetín, aproximadamente unos 1.500 metros cúbicos de madera.
-Tramitaron adquirir un coche Renault 4×4, para lo cual se pusieron en contacto con el Ministerio de Comercio.
-El presupuesto de ensanche y doble riego asfáltico para los primeros 550 metros de la carretera de Colunga fue de 89.248,65 pts.
El riego asfáltico se llevó a cabo gracias a las cantidades aportadas por los que tenían negocios en la calle, desde la carretera general hasta la Fábrica de Arias y Sociedad Cerámica de Fíos.
Mientras, Juanita González Díaz que -como vimos- había donado los terrenos limítrofes con esta carretera próximos a su chalet, presentó también en otro detalladísimo documento la cesión gratuita del terreno posterior a su finca, dejando constancia de que lo hacía “para contribuir al embellecimiento y urbanización de la villa”, en el lugar donde estaba la Ferretería de Hevia García.
-El Ayuntamiento propuso establecer como caminero desde Arriondas a Villar de la Cuesta (6 km.) a Armando Palacios Collía, de 23 años, soltero y vecino de Fíos, el cual renunció a este trabajo, y le encontraremos poco después contratando la ampliación de la nueva plaza de abastos de Arriondas, al haber ganado la subasta de las obras por 29.582 pts.
Armando fue sustituido para el puesto de caminero por Máximo Huerta Rodríguez.
Desde Collía al Castañar de García (6,5 km.) se propuso como caminero a Pedro Amieva Concha, casado, de 38 años.
Desde Soto de Dueñas a Ponga (6 km.) -por Llames y Llerandi- a Urbano Caso Laria, de 27 años, casado y vecino de Llames de Parres.
De Ozanes a Ponga el trabajo fue para Ramón Caldevilla Cueto, de 37 años, soltero y vecino de Granda.
Desde Soto de Dueñas a Fíos (7 km.) se propuso como peón caminero a Enrique Fernández Suárez, de 41 años, casado y vecino de Fíos, el cual renunció al trabajo y fue sustituido por Julio Carús Ferrao.
Desde Arriondas al Castañedo de La Venta (Hueges), se le adjudicó el cuidado de estos 3 km. a José Ramón Fabián Díaz, casado, de 30 años de edad y natural de Prunales; también debería atender los 3 primeros kilómetros de la carretera de Arriondas a Fuentes, porque los 6 km. restantes de la misma -hasta llegar a Tresmonte- fueron para José Antonio Rosete Llano, casado, de 27 años, vecino de Sinariega.
No cabe duda alguna que tener un trabajo (cualquiera que fuese) con una remuneración fija en aquellos duros años ya era una suerte. La Diputación Provincial les pagaba el 80% del sueldo y el Ayuntamiento el 20% restante, sin que en las actas municipales se especifique la cuantía del mismo.
-Había nueve concejales en el Ayuntamiento, tres por cada grupo de los que se componían aquellas corporaciones: Cabezas de familia, Representación sindical y Asociaciones económicas, profesionales y culturales.
Mediante elecciones se renovaba periódicamente un concejal por cada tercio.
En aquel ´Nuevo Estado´ franquista se asentó en la administración local un modelo ideado desde el Ministerio de la Gobernación, y se le encargó su custodia a los gobernadores civiles y jefes militares del Movimiento.
Las elecciones municipales desde 1948 se regían por lo que dio en llamarse “democracia orgánica”, limitándose el sufragio de los cabezas de familia a un tercio de las corporaciones municipales, mientras los otros dos tercios quedaban bajo el control de electores y compromisarios de los candidatos sindicales, y de aquellas entidades que estuviesen previamente registradas y controladas desde el Gobierno Civil.
Estas sucesivas renovaciones de los equipos concejiles tuvieron lugar en sucesivas elecciones trienales, desde 1951 hasta 1970.
El candidato familiar debía tener más de 23 años, presentar el aval de dos procuradores o ex procuradores en Cortes, de tres diputados o ex diputados provinciales, de cuatro concejales o ex concejales del mismo Ayuntamiento, o del veinte por ciento de cabezas de familia que estuviesen inscritas en el censo electoral, o haber sido ya concejal -al menos- durante un año.
De manera que los lazos con el personal político del régimen primaban sobre la recogida de firmas entre los padres de familia del municipio.
-Los vecinos de Granda acordaron una medida bastante original, como fue la de comprar 516 kilos de hilo de cobre que cubriesen seis mil metros, y así poder instalar el alumbrado público en Granda de Arriba, de manera que se pusieron en contacto con la Fábrica de Metales, en Lugones.
Y -aún en 1950- los pueblos de Cuadroveña, Llames, Soto de Dueñas y Bode no tenían más agua que la de sus fuentes, sin garantía higiénica.
Concretamente -en Bode- en aquel verano, se dieron varios casos de fiebres tifoideas.
-Para la Fiesta de Las Piraguas se contrató la megafonía -en esta ocasión- a Juan Noriega Berdayes, de Cangas de Onís, y al pintor Gonzalo Amandi se le encargaron dos rótulos, además de ´repasar´ dos piraguas y rotular una más.
Cien pesetas concedieron para el Tercer Descenso de “Los Piragüinos”, a los que todos llamábamos la Fiesta de “Les Piragüines”, sobre la que ya publiqué un artículo en “La Nueva España” bajo el título “Piragües y piragüines” -Memoria de la fiesta infantil de piraguas entre 1947 y 1965- celebración para la que -incluso- Xuacu Fana (seudónimo que utilizaba Fernando Sánchez Rodríguez “Tito el de la Ercoa”) escribió una especial salida en verso, en Lengua Asturiana.
-El Ayuntamiento elaboró un cuidadoso protocolo para la concesión y arrendamiento de los puestos de la nueva Plaza de Abastos, según su situación y capacidad, clasificándolos en cuatro categorías, desde 35 hasta 75 pts. Los contratos se prorrogaban cada tres meses y no podían ser subarrendados ni hacer obras en los mismos.
-Las peticiones de ayuda eran habituales, como en el caso de un vecino de “El Charcón”, en Bada, jornalero, de 60 años, enfermo, sin hijos, sin ningún tipo de medios y cuya esposa -añade en su solicitud- “ya tiene 66 años”. Por supuesto que fue incluido en la larga lista de la beneficencia pública, con derecho a médico y medicinas gratis.
-No eran pocos los frailes y monjas de las más variadas congregaciones que pasaban por el ayuntamiento pidiendo una caridad -lo mismo de Asturias que de otras provincias- y cierto es que nunca se iban de vacío. A veces solicitaban ayuda económica para causas que hoy consideraríamos -cuando menos- curiosas, como fue el caso de los “Cruzados de la fe, Gran Consejo”, con sede en Madrid, a los que les concedieron 300 pts. y que -actualmente- son una cofradía madrileña con sede en la iglesia del Santísimo Cristo de la Fe (antes iglesia de incurables del Carmen) una de las más antiguas de la capital de España, en la calle Atocha.
Otro tipo de ayudas podía ser como la de un vecino de Villar de la Cuesta que tenía una pequeña granja con ciento diez aves, a cuya solicitud de ayuda se le respondió que le concederían para tal fin ocho sacos de salvado en el próximo reparto que se hiciese por los pueblos.
Dieciocho fueron los sacos de cemento aportados para los vecinos de La Vita para que construyesen un abrevadero en el lugar conocido como “Los Quintanales”, y otros doce sacos (que nos les alcanzaron y les dieron seis más) y 150 pts. a los vecinos de Montealea, para una fuente en el barrio de “Quintana”, atendiendo la petición de su alcalde de barrio, Belarmino Manzano Caldevilla.