POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)
-El 26 de agosto de 1950 el Ayuntamiento acordó comprar un automóvil de segunda mano, puesto que continuamente había que realizar viajes municipales a Oviedo y a los pueblos del concejo, debiendo utilizar los servicios de los diversos taxistas de la villa.
Alguien tenía conocimiento de que había en Arriondas un Renault (conocido como cuatro-cuatro, por tener cuatro puertas, cuatro plazas y cuatro caballos fiscales), el cual era propiedad del ciudadano americano -residente en Arriondas- Antonio Díaz Longo, cuyo coche había sido matriculado en Francia (226-T-64).
Como el dueño tenía previsto regresar a ´Norteamérica´ en diciembre de 1951 -después de embarcar en Francia, donde pensaba vender su Renault- también manifestó su disposición de venderlo al Ayuntamiento en buenas condiciones económicas.
Todos los gestores o concejales autorizaron al alcalde para que realizase los trámites oportunos para que el coche pasase a ser matriculado en España, sin entrar -de momento- en más detalles.
-Finalizaba el año 1950 cuando los vecinos del “Corral de Abajo” protestaban por el mal estado de su calle. Dijimos en su momento que a este lugar de Arriondas se le conocía con ese nombre hasta la llegada de la Segunda República, cuando decidieron llamarlo “Barrio de Abajo”, pero vuelve en estos años que nos ocupan a citarse documentalmente con el nombre “popular” que tuvo en sus orígenes.
-Con un sueldo mensual de 350 pts. -más las pagas extraordinarias de julio y diciembre- comenzó sus servicios de barrendero municipal Enrique Martínez González, sustituyendo en esta dedicación a Faustino Carús Ferrero, el cual pasó a vigilante provisional de arbitrios.
El otro barrendero era Manuel Pendás.
-Por dar cuerda al reloj de la Casa Consistorial se le abonaban 300 pts. al año a Francisco Queipo, cuya relojería estaba situada frente al Ayuntamiento, al inicio de la calle San Antonio.
-El jornal medio diario de un bracero parragués en el año 1951 se estableció en 18 pts.
Enumerar las facturas que la Corporación pagaba por las más variadas cuestiones no procede en este tipo de “Memorias”, dado que son centenares cada año, desde las cantidades abonadas a los diferentes establecimientos de comidas por servicios ofrecidos, hasta las 1.422 pts. pagadas a José Luis Prieto -de la razón social “El Puente”- por una bicicleta destinada al administrador municipal de arbitrios.
-El día 6 de marzo de 1951 se gratificó con 500 pts. al Administrador de Rentas y Exacciones Municipales -Hipólito Pérez González- por su “competencia, laboriosidad y amor al trabajo en los departamentos de intervención y de administración de rentas, habiendo dejado un inmejorable recuerdo como funcionario a su paso por el Ayuntamiento”.
Hipólito debía incorporarse al Servicio Militar, quedando como sustituto temporal Bernardo Fuentes Pendás.
Sus predecesores en estos cometidos habían sido Darío Quesada Arnedo -que había desempeñado el cargo de forma gratuita- después de que otro Depositario de Fondos hubiese sido expedientado.
Tras haber concluido el Servicio Militar -ya en diciembre del año siguiente- Hipólito será llamado a desempeñar el cargo de Depositario de Fondos Municipales y Jefe de Recaudación, con un sueldo de 9.000 pts. anuales.
Hipólito fue -sobre todo- un muy eficaz y querido Director de la sucursal de Caja de Ahorros de Asturias, en Arriondas, durante más de treinta años.
-Y, por fin, tras más de veintidós años de espera, el día 31 de marzo de 1951 la Dirección General de Enseñanza Primaria, en Madrid, dio orden a la Central de Pagos Civiles del Estado para que -en vista de las actas de recepción definitiva de entrega del edificio y liquidación final de las obras de construcción de las Escuelas Graduadas de Arriondas- se aprobasen las actas de entrega del edificio al Ayuntamiento y se efectuase la liquidación final de las mismas por un importe de 172.324 pts., así como el derecho a que el Estado abonase al contratista, José Carbajal Labra, la cantidad de 12.892 pts. como saldo de liquidación final, y al arquitecto director, Julio Galán Gómez, la suma de 367 pts. que tenían pendiente de abonarle como saldo final.
Como ya vimos en el capítulo LXXXIV de estas “memorias”, José Carbajal ya había entregado las llaves de este edificio al secretario municipal -y éste al alcalde- el día 27 de noviembre de 1947.
Todo había comenzado a finales del año 1928, cuando el Ayuntamiento había aprobado un empréstito de 125.000 pts. (en forma de 250 títulos al portador, de 500 pts. cada uno y con intereses del 5% a veinticinco años); de esa cantidad, 50.000 pts. estaban destinadas para un grupo escolar en Arriondas que incluiría casa-habitación para los maestros (esta última nunca se hizo).
Fueron veintidós años de espera, desde que se proyectó el edificio hasta dar por liquidadas las cuentas de su coste final…
-Era directora de las escuelas graduadas -en la sección femenina de las mismas- Manuela Díaz, a la que se le entregaron 300 pts. con destino a un festival infantil que preparaban en honor a la Virgen de Covadonga con motivo de la peregrinación que se preparaba con dicha imagen para recorrer Asturias.
-Al vecino Armando Palacios se le adjudicaron las obras de reparación del tejado de las nuevas Escuelas Graduadas de Arriondas y las de la escuela y casa del maestro de su pueblo, Fíos.
-El Banco de Crédito Local de España ponía bastantes trabas para concederle al Ayuntamiento un crédito de 600.000 pts. por lo que el alcalde, José Manuel Ruiz Portilla, se trasladó a Madrid durante una semana para entrevistarse con su director e intentar solventar los inconvenientes que habían surgido.
Y, efectivamente -apenas dos semanas después- el Director General de la citada entidad bancaria remitió un telegrama al alcalde comunicándole que el Consejo del citado banco había autorizado la operación solicitada, destinada a obras en el municipio.
La misma comunicación se recibió en las Consistoriales, remitida por el Ministro de Obras Públicas, José María Fernández Ladreda, dado que el alcalde le había rogado su apoyo para que la operación llegase a buen término.
-Francisco Vallina y otros cincuenta y seis vecinos de Bada y San Juan de Parres presentaron una solicitad dirigida a la Diputación Provincial para que se construyese una carretera o camino vecinal que -partiendo de Riaño a Colunga- subiese a San Juan de Parres, continuase por el lugar conocido como “El Imperión” y enlazase con la proyectada carretera de la Roza al puente de Romillo. El Ayuntamiento acordó remitir la petición a la Diputación, apoyándola expresamente, y asegurando su aportación económica cuando se le requiriese.
-En el segundo trimestre de 1951 los gastos farmacéuticos de los guardias civiles de Arriondas superaron a los de toda la beneficencia pública del concejo, dado que -entre las dos farmacias- la facturación de la Casa Cuartel alcanzó la suma de 1.340 pesetas, mientras la de cerca de un centenar de pobres fue de 1.317 pesetas, un dato asombroso sobre lo que nadie daba explicaciones, repetido en circunstancias muy parecidas durante los años anteriores y posteriores.
-Por otra parte, la falta de recursos -o no tener una consignación específica- obligaba a dar negativas cuando se les solicitaba ayuda para otros menesteres o temas secundarios, por ejemplo, el Oficial Mayor de la Asamblea Suprema de la Cruz Roja pidió a la Corporación que se suscribiese a su revista por un importe de 100 pts. anuales, o hacerse socios de honor por 150 pts., declinando la oferta, seguramente al considerar que no era una cuestión de interés para un Ayuntamiento con pocos recursos.
-¿Cuánto costaban unos zapatos en 1951? Pues 240 pts. pagó el Ayuntamiento en el comercio “El Navío” por unos para el guardia municipal Lucas Blanco. Para el mismo municipal se había adquirido un uniforme por un importe de 740 pts. en los Almacenes Quesada, en Oviedo.
-Plumas y tinteros tenían los días contados y, tal vez, el primer bolígrafo que entró en el Ayuntamiento lo hizo el 20 de julio de 1951, al abonársele al relojero Francisco Queipo una factura de 15 pts. por un “bolígrafo de lenta salida…”, conocido también como “pluma esferográfica”.
Veamos qué gastos ocasionó la Fiesta de las Piraguas en 1951:
-La instalación de altavoces que hizo Ramón Sánchez supuso 200 pts.
-Por el alojamiento de tres guardias civiles se abonaron 21 pts. a Josefa Miyar Iglesias.
-Por la limpieza de las calles durante cuarenta y ocho horas percibió 120 pts. Antonio Sánchez, la misma cantidad que se le pagó a Ricardo Escandón por la limpieza de las calles y colocación de “arcos”.
-A José Villar Cardín 90 pts. por preparar el embarcadero.
-Manuel González Ceñal percibió 90 pts. por trabajos en el embarcadero y limpieza de alrededores.
-La tribuna de autoridades quedó en manos del carpintero Laureano Prado, así como los tableros para anunciar la fiesta, más dieciocho cuadros con cristal, además de armar y desarmar los arcos, todo por 904 pts.
-Los vecinos de Santianes del Terrón solicitaron un cable para la pasarela o puente colgante sobre el río Piloña, cable roto por los temporales del invierno anterior.
Como era de vital importancia y los vecinos sabían que había uno que costaba 800 pts. en Cangas de Onís, les concedieron 500 pts. debiendo poner el resto los propios vecinos.
-Alcalde y vecinos de Vallobil solicitaron ayuda para mejorar su fuente de “El chiflu”, en pésimas condiciones, pidiendo suprimir el lavadero que era la base de la infección, dado que la fuerte no daba suficiente aporte de agua para el consumo del pueblo, lavadero y abrevadero.
Cada uno de los treinta y ocho vecinos pagaría 25 pts. y facilitarían todos los materiales que pudiesen. Pedían 500 pts. para cemento y otros materiales necesarios, facilitando la lista de los vecinos donantes.
Efectivamente, les concedieron la cantidad que solicitaban.
-Era Isidro Martínez el empleado de arbitrios municipales y se le otorgó licencia para utilizar una pistola de 9 mm., corta, concediéndole 500 pts. para que la adquiriese.
-Entretanto, el alcalde Ruiz Portilla se entrevistaba en Madrid con el Director General de Regiones Devastadas, José Macián, solicitando ayudas para Arriondas, reparación de la plaza Venancio Pando y creación de un parque municipal.
Para ello se les comunicó que deberían enviar al Ministro de la Gobernación, proyecto, presupuesto y memoria ejecutados por un arquitecto, además del acuerdo del Ayuntamiento en el que se solicitase el 60% del costo de las inversiones.
Como bien saben los lectores de estas “memorias”, el arquitecto municipal fue durante muchos años Julio Galán Gómez, a quien se le encargó el proyecto con todos sus detalles.