POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFCIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)
El día 1.º de enero de 1952 se suspendió la sesión permanente que estaba prevista, puesto que sólo asistieron a la misma el alcalde en funciones, Luis de la Fuente Cabal, y el secretario municipal, (el alcalde titular disfrutaba de unos días libres por asuntos propios desde el día 27 de diciembre anterior).
Al tomar posesión de sus cargos, los concejales juraban defender los intereses morales y materiales del municipio, ofrecer el mejor servicio a España y lealtad al Jefe del Estado, así como ajustar su conducta a la dignidad del cargo, y el alcalde respondía: “Si así lo hacéis, Dios y España os lo premien y, si no, os lo demanden”.
Algunas facturas -de las miles que se acumulan registradas en los archivos- resultan curiosas, como es el caso del abono efectuado al chófer José Mª Álvarez Urraca por tres viajes -por un importe de 250 pts.- por los servicios prestados a la Guardia Civil para la “persecución y captura de bandoleros”.
Maximino González Rodríguez era el practicante municipal desde el 20 de septiembre 1948 y se quejaba de que -desde esa fecha hasta febrero de 1952- no había percibido honorario alguno por sus atenciones a la Guardia Civil del puesto de Arriondas, correspondiéndole el 30% de lo que percibían los médicos titulares; acordando la Corporación que se le abonase la cantidad que legalmente le correspondía, según la Orden vigente de fecha 22 de junio de 1939.
De forma que el “sufrido” Maximino estuvo más de tres años sin percibir remuneración alguna por este servicio concreto y -con razón- se le agotó la paciencia.
Los proyectos de traídas de agua para los pueblos eran numerosos, por ejemplo:
Abastecer a Cuadroveña desde el manantial de nombre “Los Pucherinos”, el cual nacía en una propiedad privada en El Morguero, en Hueges, y proporcionaba 50 litros por minuto, los cuales irían destinados a los 189 vecinos del citado pueblo.
Para Llames y Soto de Dueñas se citaba el manantial “Ojo del Camino” -también en propiedad particular- con un potencial de 130 litros por minuto, con destino al servicio de 450 vecinos de Llames de Parres y a 187 en Soto de Dueñas.
En Bode se hablaba del manantial privado conocido como “Trescuelli”, que con 50 litros por minuto sería de provecho para los 207 vecinos de Bode.
Las obras de reparación y ampliación de las Casas Consistoriales de la villa se le encargaron a Armando Palacios Granda, con un presupuesto de 23.115 pts. para materiales y 7.800 pts. para jornales.
Éste mismo contratista y vecino de Fíos fue quien ejecutó las obras de ampliación de la Plaza de Abastos con el añadido del local alto que había estado destinado a Auxilio Social, junto con la creación de los “puestos exteriores”.
Para hacerse con dinero en efectivo el Ayuntamiento subastó nueve parcelas en Fíos, Hueges y en la Cuesta de La Bilueta:
Parcela nº 1, de 120 áreas, adjudicada a José Manuel de la Fuente, de Fíos, por 16.633 pts.
“ nº 2, de 175 áreas, para Juan Cangas Arriagada, de Fíos, por 22.272 pts.
“ nº 3, de 106 áreas, adjudicada a Juan González Portilla, de Fíos, por 13.870 pts.
“ nº 4, de 92 áreas, adjudicada a Florentino Díaz Rodríguez , de Fíos, por 12.008 pts.
“ nº 5, de 55 áreas, para Luis Canellada Cuesta, de Lodeña (Piloña), por 7.150 pts.
“ nº 6, de 335 áreas, adjudicada a José Luis González Bernardo, de Nevares, en 43.550 pts.
“ nº 7, de 56 áreas, para José Manuel Pérez Collado, de Hueges, por 7.389 pts.
“ nº 8, de 82 áreas, adjudicada a Consuelo Abarca Cepa, de Fíos, por 10.669 pts.
“ nº 9, de 93 áreas, adjudicada a Ramón Pérez Soto, de Hueges, por 12.545 pts.
Era un rumor público que la subasta quedaría desierta por su alto precio, pero no fue así. Algunos de los nuevos propietarios ya eran “llevadores” de dichos terrenos, y todas las parcelas estaban dedicadas a “rozo”.
Desde 1921 era fontanero municipal Isidro Iglesias Granda, acompañándole en este trabajo su hijo Luis Iglesias Pérez, quien sustituyó a su padre por la avanzada edad del mismo y ante su jubilación.
Por unanimidad se nombró como fontanero interino a Luis Iglesias Pérez.
El día 4 de abril de 1951, Conchita Solares Almeida había cesado -por razón de su delicada salud- en su dedicación de auxiliar de la Delegación Local de Abastecimientos y Transportes, en la que llevaba seis años.
Raro era el mes en el que no había quejas sobre el estado de las múltiples escuelas repartidas por el concejo, de manera que eran los maestros y vecinos los que reclamaban la atención para las mejoras de estos lugares imprescindibles para la primera enseñanza.
A veces era el alcalde de barrio el que se sumaba a la atención del maestro, como en el pueblo de Collía llevaron a cabo el maestro Emilio Sola Baragaña y Leopoldo López, como alcalde, los cuales presentaron un presupuesto de reparaciones elaborado por Ramón Toyos por un montante de 1.660 pts, el cual fue aprobado por la Corporación Municipal, exigiendo -como siempre- los justificantes de los gastos.
El suministro de luz para el alumbrado público de algunos pueblos dependía de la eléctrica del Orrín, en Infiesto (Piloña), y así pasó una factura de 3.265 pts. por el suministro a la citada localidad durante los cuatro años anteriores (1948-1951).
Ramón Llamedo Olivera sustituyó a Manuel Somoano Suardíaz como sereno interino el día 12 de febrero de 1952, asignándosele un sueldo de 425 pts. mensuales.
El día 24 de mayo el barrendero municipal Domingo Fresnedo Gómez -el cual llevaba prestando sus servicios desde mayo de 1910- no disponía de una “credencial” que justificase dicho trabajo, pero los vecinos lo conocían bien y él creía que en el Ayuntamiento constarían en algún documento sus antecedentes laborales, por lo que solicitó su jubilación, dada su avanzada edad y haberse quedado “privado de la vista”, no pudiendo desempeñar más -bien a su pesar- el cargo de barrendero.
El Ayuntamiento que presidía J. M. Ruiz Portilla decidió que, “por los buenos servicios prestados” acordaba por unanimidad jubilarlo con el mismo sueldo que tenía, incluyendo en la jubilación la cantidad que le correspondiese por carestía de la vida, un total de 4.320 pts. anuales (360 pts. al mes), según el reglamento vigente de fecha 14 de mayo de 1928.
Mientras, Venancio Prado González llevaba diez años como médico municipal y de asistencia pública domiciliaria del Distrito Tercero de Parres, cuando solicitó una excedencia y se le concedió por un periodo de tiempo “no inferior a un año ni superior a diez”.
En el verano de 1952 el arquitecto municipal Julio Galán Gómez presentó la memoria y presupuesto para el parque municipal de La Llera por un total de 297.659,17 pesetas, más 14.882 pts. que sumaban sus honorarios como director de las obras.
El presupuesto era de tal envergadura que hubo de dejarse para cuando el Ayuntamiento dispusiese de medios, dado que acababa de firmar un empréstito con el Banco de Crédito Local de España por 600.000 pts. para otras obras más necesarias, además de otro con la Caja de Ahorros de Asturias que dejaba comprometido al Ayuntamiento por un total que alcanzaba hasta las 992.500 pts.