POR FRANCISCO ROZADA, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)

El 30 de diciembre de 1916 el “sereno del comercio” Ceferino Ovalle -vecino de Margolles- al que no le asignaban un sueldo sino una “gratificación” anual de 100 pesetas (8,33 pts. al mes), no es de extrañar que solicitase un aumento de 50 pts. anuales, alegando que la gratificación era “mezquina” (razón de sobra tenía el pobre hombre) pero… le fue desestimada la petición “porque así había sido durante años y no consideraban legal otra gratificación sobre la ya consignada”, le contestaron…

-El 6 de enero de 1917 se recibió la queja de los dueños de la casa que en Viabaño se utilizaba como escuela, pues el maestro se negaba a seguir viviendo en la misma, dado que hacía ocho años que no se hacía en ella reparación alguna, las habitaciones estaban sin blanquear, el desagüe del “excusado” estaba desencajado, los olores eran insoportables y las ratas abundaban por la casa. ¿Debían arreglar la casa los dueños de la misma o el Ayuntamiento que la había alquilado?

El concejal Amador del Llano solicitó el contrato de arriendo para aclarar el asunto, pero el secretario le hizo notar que no había contrato hecho, de forma que no se sentían obligados a hacer ninguna mejora en la casa y que -por consiguiente- serían los dueños quienes deberían hacerse cargo.

Escándalo produce saber que el Ayuntamiento pagaba 1.950 pts. al año de renta por los alquileres de las veinte casas que utilizaban las maestras y maestros del concejo, a razón de poco más de 8 pts. al mes por cada una (con cuya renta los dueños podrían comprarse dos gallinas cada uno, por poner un ejemplo…), ¡como para decirles que -además- arreglasen la casa!

Después nos quejamos del atraso secular de este país, del índice de analfabetismo arrastrado durante siglos y de las miserias de todo tipo vividas por los que nos precedieron en tiempos no tan remotos, porque hace un siglo es muy poco tiempo en la historia de una nación.

-También Amador Llano protestaba ante el alcalde Ramón Cueto por la distribución que había hecho de los dos vagones de carbón que habían llegado a la villa, pues tenía claro que eran para el pueblo y no para Silverio Velasco -uno- y para José Fuentes el otro, dado que el Gobernador Civil los enviaba para que el alcalde los distribuyese, pero no para que estos intermediarios lo vendiesen después. El alcalde replicó que estaba dentro de la ley y que solicitaría dos vagones más.

¡Quién le iba a decir a Amador Llano que la niña de 11 años Gloria Velasco -una de las hijas del importante comerciante Silverio Velasco- compartiría sus mismos ideales republicanos y que -veinte años después- ambos (Amador y Gloria) acabarían siendo sucesivamente alcalde y alcaldesa de Parres tras la proclamación de la Segunda República!

-Arriondas tenía una sola acera desde el puente sobre el Sella hasta la estación del tranvía y había sido hecha por los propios vecinos. Es curioso que el Ayuntamiento prohibiese la circulación de carretillos por ella dado el deterioro que provocaban en su pavimento.

-¿Adonde irían a parar los que se daban por desaparecidos? Cada año eran varios los que se consideraban como tales y sólo se consideraban desaparecidos cuando nadie sabía de ellos durante diez años seguidos. En marzo de 1917 fueron dados como tales cinco jóvenes: uno de Castiello, dos de Aballe, otro de Cayarga y uno más de Pendás, a todos se los cita con sus datos y los de sus padres. Por otra parte, los nacimientos eran muy numerosos, a razón -aproximadamente- de un niño o niña cada dos días.

-La extracción de arcilla de Cea y Cetín se sacaba a subasta por quinquenios.

-Los vecinos de Toraño solicitaban 300 pts. para arreglar los desperfectos que la riada del 15 de marzo les había causado, quedando sin cadena, rampas, postes y cable para cruzar el Sella en su barco (escribe el secretario barco y no barca), el cual también estaba muy destrozado. Como vemos, las diferentes corporaciones municipales debían hacer frente a continuas contingencias o a requerimientos de los vecinos de todos sus pueblos o de la villa.

-Accedieron alcalde y concejales a la petición de los vecinos de San Juan de Parres que habían solicitado se declarase Hijo Adoptivo del pueblo a su párroco Benigno Cabo Pérez, por el “vivo interés mostrado por todos los vecinos y por ejercer tan noble y desinteresadamente su sagrado ministerio”. Un caso extraño, porque lo normal era conceder a algunas personas muy destacadas en el servicio al concejo que se les concediese un “voto de gracias”, pero la distinción honorífica de “Hijo Adoptivo” era algo nuevo en el concejo.

-Aquella primavera el Comisario Regio de Comercio pidió al Ayuntamiento que recomendase a los vecinos el aumento de siembra de patatas ante el temor de escasez de alimentos de primera necesidad.

-Las fiestas de Sta. Rita eran las únicas en la villa y solía solicitarse a los Ferrocarriles Económicos que ampliasen los horarios o que dispusiesen de más vagones, tanto desde Infiesto como desde Ribadesella, incluso -en este caso- que al tren de mercancías de las 8 de la tarde que ´moría´ en Ribadesella se le añadiese un vagón para viajeros.

En este año que nos ocupa de 1917 se le abonaron 16 pts. a Juan Díaz por el vino y dulces con los que se obsequió a la Banda de Música de Gijón que había amenizado las fiestas. A las mismas se dedicaron los días 22 y 23 de mayo -martes y miércoles- y el Ayuntamiento concedió 500 pts. a la comisión para los gastos.

La feria de ganados era lo más importante dentro del programa y se premiaban los mejores toros que se presentasen, fueran éstos del concejo o de fuera del mismo, una decisión tomada por cuatro votos contra dos, pues algunos alegaban que -por ejemplo- en Cangas de Onís no se le había concedido un premio a una persona de dicho concejo porque tenía la cuadra en el concejo de Parres “al lado de allá del río”, alegaron.

También en otros concejos premiaban sólo a sus ganaderos. Y todo ello cuando aún estaba sin resolver el recurso de alzada presentado en el Gobierno Civil contra el acuerdo de adjudicación de los premios del año anterior. Una ´providencia´ que llegaría en julio desestimando el recurso presentado por el concejal Amador Corral.

-En julio de 1916 fuertes tormentas habían causado en nuestro concejo daños por valor 18.000 pts. y -casi un año después- a los damnificados sólo se les habían concedido 2.500 pts. desde el Gobierno Civil, menos de un 14% de lo solicitado.