POR LEOCADIO REDONDO ESPINA, CRONISTA OFICIAL DE NAVA (ASTURIAS)

Iniciamos la primera quincena de octubre, que resultó densa en noticias, anotando la celebración el sábado 5, por la Coral de Nava Allegro, de su XXXVI Día del Socio. La parte musical, que se desarrolló en la iglesia parroquial, la inició la agrupación local con tres piezas, siguiendo a continuación el concierto, que, en esta ocasión, corrió a cargo de la Agrupación Coral de Griñón (Madrid), la cual interpretó ocho piezas de su variado repertorio, más una de propina.

Como colofón, los coristas de Griñón, los de Nava y el numeroso público asistente, puesto en pie, interpretaron el himno de nuestra comunidad autónoma.

Y el día siguiente, domingo 6, faltaba, en la Comarca del Mayor, de Nava, Francisco Javier Estrada Rodríguez, a los 62 años. Javierín, que había nacido en La Rubiera, Santuyano (Bimenes), era muy conocido porque durante una época estuvo al frente del quiosco de periódicos de la plaza de la República Argentina.

Estimado por todos, Javierín, durante algunos años, formó parte del paisaje humano de la villa, siendo cosa habitual verle deambulando por sus calles, siempre ocupado en hacer algún recado, pues a servicial y atento no le ganaba nadie. Como habitual era verle, por Semana Santa, vistiendo el hábito morado de cofrade.

Luego, el jueves 10 nos dejaba, en su domicilio de Paraes (Nava), Ana Pilar Mayor González, Pili, a los 65 años. Pili, que mantuvo con entereza una larga batalla contra la enfermedad, estaba casada con Arsenio Manuel Pérez Díaz, con el que tuvo dos hijos; Arsenio y Daniel, y era natural de Tresali, en cuyo camposanto descansa. Añadimos que Pili era hija de Enrique, de La Cabaña (Tresali), y de Pilar, y tuvo como hermanos a María Luisa (+), Enrique, Ramón y Javier.

Y se registró otro deceso el sábado 12, pues fallecía en León Aladino Montes Gutiérrez, “Ladino Les Praeres”, a los 82 años. Ladino estaba casado con Ángeles Rodríguez Miguel, con la que tuvo los siguientes hijos; Ángeles, Amparo, José Aladino, María del Mar, Ricardo, Sonia, Cecilia y Vanessa. Nacido en La Cuesta, Santuyano (Bimenes), Ladino, que fue minero en Mosquitera, era muy conocido, sobre todo, por el establecimiento hostelero que instaló y atendió en Les Praeres, en la Sierra de Peñamayor, que sigue llevando su familia, en un lugar que es todavía más famoso y popular desde que, en 2018, fue meta de una etapa de la Vuelta Ciclista a España.

Por otra parte, el mismo día 12, festivo, la coral naveta se desplazaba hasta Gijón, para intervenir en el XVI Encuentro Coral. Organizado por la Asociación Coral Aires del Mar, y con la iglesia de Santa Olaya, de La Calzada, como marco, fueron dos las agrupaciones polifónicas que actuaron; el Coro de San Pedro, de Cudillero, que lo hizo en primer lugar, y la Sociedad Coral de Nava Allegro, que cerró el acto.

Siguieron las defunciones, y así, el domingo l3 nos dejaba, en Oviedo, José Luis Arboleya González, “Pepín el de Correos”, a los 70 años. Debiendo añadir a la reseña ya publicada en este periódico que Pepín estaba casado con María Paz Álvarez Cepedal, con la que tuvo dos hijos; Belén y Jorge.

Pepín, que además de su labor profesional en Correos y su cargo de secretario de la Asociación Alfonso X el Sabio, fue también Juez de Paz en Nava, era hijo de Belarmina González, “Mina”, y de Armando Arboleya (+), y tuvo como hermanos a David (+), que fue presidente del Club Europa en sus buenos tiempos de Tercera División, y a Celina.

Y el lunes 14 era Antolín Forcelledo Faya el que, de manera repentina, fallecía en Nava. Antolín, compañero ferroviario, tenía 63 años, y estaba casado con María del Pilar Díaz Barros. Asimismo, Antolín era hijo de Manuel Forcelledo y de Amparo Faya, y fueron hermanos suyos Conchita, Lito, Carmina y Angelín, siendo Carmina la única de todos que sigue entre nosotros.

Han predominado, en esta primera quincena del décimo mes, los días soleados, con temperaturas altas para la época, pero ya el lunes 14 el tiempo cambió, agrisándose los días, que siguen menguando, y bajando algo el termómetro, en especial por la noche.

También llegó el agua, aunque con moderación, por lo que parece cumplirse el dicho que reza; “Por la Virgen del Pilar, empieza el tiempo a cambiar” y, poco a poco, va acercándose y teniendo sentido aquel otro enunciado que sostiene que “En octubre, no molesta la lumbre”.

(Publicado en La Nueva España. Lunes, 21 de octubre 2019, página 12)