POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA
Nos sentimos reconfortados cuando vemos encuentros y manifestaciones culturales que esa mágica Raya permite a través de la cultura popular como vemos a todo lo largo de este Aliste vivo, sublime e inmortal como nos lo canta o nos lo pinta por ejemplo, Trabazos o la noble villa y sus anejos. Y alejándonos un poco y salvando la sierra llegamos a Manzanal de Arriba y su dulce actividad de la miel, encontrándonos con esa colaboración que abre ese inmenso campo del comercio, a la vez que crea y mantiene a la vez que cultiva esas relaciones desde abajo que aseguran siempre un resultado positivo, acaso una labor muy descuidada a lo largo de varios siglos, tristemente y sin sentido.
Aunque se me tache de exagerado, pienso que nuestras comarcas de la Raya se están comportando sabia y acertadamente con el otro como si de una comunidad se tratara. Y es que el vecino no es otra cosa que una parte más de esta unidad rota por avatares de la historia, desaciertos y aberraciones de quienes a lo largo de los siglos, la han maltratado sin piedad.
Hoy, en un alarde de deseo futurista quiero pensar que el día que desaparezcan las desdichadas autonomías y quiera el Todopoderoso sea lo más pronto posible, se alcanzase y se volviese a la unidad peninsular. Nunca he podido entender cómo la madre de África por un lado y por el otro colaborando con la madre de las Indias (y el Pacto de Tordesillas o Reparto del Mundo lo dice muy claro) estén separadas por protocolos desfasados y trasnochados, junto a manifestaciones y torpes actuaciones de cámaras y camarillas.
Intelectuales muy definidos y yo diría que clarividentes como Oliveira Martins en sus tantas veces citada Historia de la Civilización Ibérica nos deja muy claro ese problema y su futuro y nada digamos cómo trata y ofrece las citas de las obras y autores de este lado.
La Crónica de Alfonso X el Sabio, nos dice con toda claridad como la cultura que no conoce fronteras a pesar de los errores y los caprichos de los humanos y nos deja una hermosa lección. Tengamos fe y esperanza, pero no olvidemos nunca la colaboración activa de cara a ese Iberismo dormido.
Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/