POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Discurso sin personalidad el de Barbón por el Día de Asturias, con el lenguaje al uso y la cuota bable: recuerda a las personas que faltan (no las fallecidas, las emigrantes), compadece a las víctimas del machismo, a las de pocos recursos económicos, a las mayores que viven solas; propone desterrar pesimismos, la señaldá (melancolía) y recuperar el orgullo de pertenencia (eufemismo de patriota); nos anima a construir el porvenir con empleo de calidad (puestos a soñar), una industria competitiva e innovadora, más servicios públicos (aquí la izquierda), más igualdad, reconocimiento de la diversidad (raza, país, gustos sexuales, sin abusar…), afrontar la desertización demográfica y la transición ecológica (desarrollo sostenible…), reclama solidaridad territorial (no menta España, en desuso) y más velocidad del tren. No es un discurso genuino, es de fábrica, inclusivo, puede firmarlo cualquiera, hasta la Santina.
Fuente: https://www.lne.es/