AL HOMENAJE A IGNACIO ECHEVARRIA ASISTIÓ CARMEN RUIZ-TILVE ARIAS, CRONISTA OFICIAL DE OVIEDO.
Ignacio Echeverría falleció en los atentados de Londres del 3 de junio de 2017 después de defender con su monopatín a una mujer que estaba siendo atacada por un terrorista yihadista. No lo dudó ni un segundo. Después de pasar una tarde de patinaje en el mítico parque de ‘South Bank‘, observó a un grupo de yihadistas apuñalar a todos cuantos se encontraban a su paso en el Puente de Londres. Se bajó de su bicicleta y fue a ayudar, pero terminaron quitándole la vida a cuchilladas. «Mi hijo expuso y entregó su vida para defender la de otros y demostró que merece la pena ser bueno y valiente», recordó ayer su padre, Joaquín Echeverría.
Lo hizo, durante el acto de homenaje a la figura de su hijo organizado por el Ayuntamiento en el skatepark del Campo San Francisco, unas instalaciones que desde ahora llevan su nombre grabado en una placa que descansa sobre un monolito de piedra a la entrada. Ignacio Echeverría, de raíces ovetenses por parte de padre y criado en Madrid, era «una persona desinteresada que ponía mucho esfuerzo para ser mejor persona y mejor profesional», destacó su progenitor. «Su madre (Ana Miralles de Imperial) todavía recuerda cada día que hoy no podrá hablar con él como hacía todos los días. Gracias por acordaros de Ignacio», sentenció el padre del ‘héroe del monopatín’, entre lágrimas.
A su lado, su esposa, que recibió un ramo de flores y fue la encargada de descubrir la placa; los miembros de todos los grupos políticos de la Corporación municipal; el alcalde de Cangas de Onís, José Manuel González, donde está vinculada la familia; la cronista oficial de Oviedo, Carmen Ruiz-Tilve; la Real Banda de Gaitas, que lanzó al cielo el himno de Asturias en su honor; y los ‘skaters’ de la Federación Asturiana de Patinaje, que ofrecieron una demostración del deporte que apasionaba a Ignacio frente a las autoridades y medio centenar de curiosos agolpados en el Paseo del Bombé.
El de ayer, manifestó Canteli, era «un compromiso pendiente con Ignacio». Un «hombre bueno y generoso que dio su vida para proteger a los demás de la barbarie del terrorismo cuando muchos hubieran salido corriendo en su lugar». «Su arma era el monopatín, pero tenía libertad, valentía y dignidad. Murió como un héroe», como un «ejemplo».