Ministerio de Mayores

Los mayores de sesenta y cinco años somos nueve millones de personas y representamos el 20% de la población española. Recientemente, en el “VII Congreso de Economía Sénior”, Fernando Ónega, periodista y presidente de 65ymas, diario digital para personas mayores, hizo pública la necesidad de la creación de un Ministerio de Mayores, al igual que existe actualmente el Ministerio de Juventud e Infancia.

A raíz de esta propuesta, Julio Méndez, presidente de la Asociación de Jubilados y Pensionistas de Lugo, bajo el título de “Escuchen nuestra voz”, ha impulsado la recogida de firmas en la plataforma Change.org para la creación de un Ministerio de Mayores, la petición, en sólo unos días, cuenta con el apoyo de centaneres de personas y colectivos, entre los que destaca, Carlos San Juan, impulsor del movimiento “Soy Mayor, no idiota”, en defensa de un trato más humano para los mayores, por parte de la banca.

Argumentos no faltan, son necesarias voces directas de los mayores, sin intérpretes ni intermediarios, que lleguen a todas las administraciones para que elaboren políticas que acaben con la discriminación por edad, que actualicen el modelo de residencias y cuidados, que luchen contra la soledad no deseada, que eviten confrontaciones entre generaciones y aprovechen el talento senior.

A lo largo de la historia y en distintas culturas, las personas mayores han sido respetadas y consideradas como guardianes de las tradiciones y de la sabiduría. En Grecia nació la gerontocracia, el gobierno de los ancianos que eran reconocidos por su experiencia y sabiduría. Al envejecer, crece nuestra inteligencia social, se mejora nuestra capacidad para buscar soluciones a problemas complicados, nos volvemos más altruistas y tenemos más tiempo y experiencia. Todos tenemos que hacer un esfuerzo para hacer ver que la discriminación por edad es inaceptable y vergonzosa, a la vez que denigra y niega el futuro de cada uno de nosotros. Según la OMS, la discriminación por edad se puede comparar con el racismo o la homofobia.

Pero mientras todo esto se arregla, saboreemos cada momento de nuestro presente y vivamos el envejecimiento como una nueva aventura.

FUENTE: https://www.facebook.com/juan.infantemartinez