POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Calle Quintana; sala de lo criminal. Juzgaban a un reo por asesinato, pero el cadáver no aparecía; para remachar su defensa, el abogado dijo: “En un momento, la persona que aquí se presume asesinada entrará en esta sala”, miró hacia la puerta, todos se volvieron pero nadie entró, y el letrado concluyó: “Que todos miraran con la expectativa de que compareciera la víctima indica sus dudas de que esté muerta; por eso han de considerar inocente al acusado; in dubio pro reo”.
El jurado, sorprendido, se tomó un receso y deliberó en Casa Bango, entorno a unas perdices escabechadas, luego regresó y dio su veredicto: “¡Culpable!”. “¿Cómo? Todos ustedes miraron a la puerta, ¡abrigaban dudas! ¿Se atreven a condenar con duda?”. Y el juez, mientras se sacaba un perdigón de la muela, aclaró: “Sí, todos miramos hacia la puerta, excepto su cliente”. En fin, lectores, no sé vosotros, yo esta noche miraré al Portal a ver si llega Jesús.
Fuente: https://www.lne.es/blogs/la-mar-de-oviedo/mira-quien-llega.html