POR PEPE MONTESERIN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Lola, segunda asturiana nacida este año, es de Oviedo, y Mireia, de Gijón, llegó 48 minutos antes. Lola es hipocorístico de Dolores, plural de dolor, del suplicio moral de la Virgen ante el martirio de su Hijo; Mireia, del latín mirus-mira, significa admirable.
Dos nombres muy significativos y en apariencia opuestos; pero la maravilla y el sufrimiento van íntimamente unidos; donde hay dolor hay un suelo sagrado, escribía Oscar Wilde desde la cárcel a su amante, el hideputo Bosie.
El domingo, al salir de la iglesia de San Francisco, después de la misa por el aniversario del fallecimiento de mi padre, un mendigo me entregó una estampa con esta frase: “Nuestra gloria, Señor, es tu Cruz”, como si el bienestar se fundara en el dolor.
“En mucho saber hay mucho dolor”, dice el Eclesiastés, 1,18. La luz quema. En el nacimiento de un bebé, como en el de una estrella, hay dolor.
Fuente: http://www.lne.es/blogs/la-mar-de-oviedo/mireia-y-lola.html