POR APULEYO SOTO PAJARES, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID).
Los pasados 24, 25 y 26 de noviembre Patrick Toumba Haman (a la derecha de la foto), doctor en literatura española por la Universidad Complutense y profesor en la Universidad de Maroua, en Camerún, participó en un Congreso en Abiyán (Costa de Marfil), presentando esta comunicación: «Invisibilidad estructural del África cultural en la literatura española del siglo XXI: el caso de la novelística de Justo Sotelo».
Fue organizado por el Laboratoire de Littératures et Écritures des Civilisations (LLITEC) y el Groupe de Recherche et d’Études Latino-américaines (GRELAT) de la Universidad Félix Houphouët-Boigny de Costa de Marfil, Cátedra Unesco de Estudios Afroiberoamericanos de la Universidad de Alcalá, Groupe de Recherche et d’Etudes sur les Noir-e-s d’Amérique Latine (GRENAL-Axe langages et Identités / CRESEM) de la Universidad de Perpignan, la Asociación de Estudios Americanos del Principado de Asturias de la Universidad de Oviedo y el Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades desde América Latina (Ecuador).
El principio de su comunicación es el siguiente:
«En la novelística de Sotelo, autor vivo y postmoderno, aparece un grado elevado de metaficción, con fuertes referencias al mundo de la cultura. Esto empieza con los propios personajes que son, por lo general, intelectuales y aficionados al universo de la cultura. Por eso, en las seis novelas a las que nos dedicamos en esta reflexión, abundan muchas citas de autores, títulos y personajes de obras de creación, así como los nombres de artistas. En este apartado, nos interesamos solo por los numerosos nombres de artistas que salen en las conversaciones de los personajes de dichas novelas, como novelistas, poetas, dramaturgos, filósofos, guionistas, cantantes, músicos, directores de cine y teatro, actores, pintores, científicos, futbolistas, personalidades del mundo de la moda y hasta dioses mitológicos…»
El mundo se mueve en su inmensidad y yo me muevo por el mundo, convencido de que el estudio y la formación son esenciales para que ese movimiento tenga sentido. Y ahora me tomo el primer café de la mañana escuchando una música de jazz que tal vez también le guste al profesor Toumba: