POR DOMINGO QUIJADA GONZÁLEZ, CRONISTA OFICIAL DE NAVALMORAL DE LA MATA (CÁCERES)
Conocido internacionalmente por diversos aspectos ¬indumentaria y su gorra, fiestas singulares como la de Los Negritos, léxico y tradiciones ancestrales, industrias semiartesanales de campanas y cencerros, aceituna manzanilla y un largo etcétera¬, aunque no tanto en otros aspectos que hoy deseo recalcar: como es el del GANADO, especialmente el bovino.
Una vez que se establecen los primeros repobladores castellanos y mozárabes que fueron llegando progresivamente, sobre todo tras la expansión de La Mesta con sus cañadas y cordeles ganaderos, encuentran en la primitiva aldea y sus alrededores el lugar ideal para esa la pecuaria –complementada con otras, claro está–. Después del lógico asentamiento y desarrollo, aquellos trashumantes y ganaderos del pueblo construyen ermitas a los protectores de las reses; y no una, sino dos; y no a dos guardianes, sino a tres ¬por si acaso…¬ en las proximidades de la laguna y ejido donde descansaban en su tránsito: la de San Bartolomé –al que también nombran Patrón del pueblo–, que compartía en armonía con San Blas (donde además anexaron el expoliado cementerio, una vez que prohíben inhumar en la iglesia a finales del ´siglo XIX); y la de San Sebastián.
¿Por qué les erigen ermitas, designando además a San Bartolo como patrón?
Pues, muy claro, como insinuaba antes y amplío ahora:
• Resulta que, curiosamente –o no, pues tiene su explicación basado en la lógica y mentalidad de aquellos tiempos–, todos los pueblos ganaderos rindieron culto (y aún lo hacen muchos de ellos) a alguno de estos tres santos (incluso, como decía, los hay que homenajean a todos ellos, como sucede en Montehermoso):
San Sebastián: como patrón de la localidad, con iglesia bajo su advocación (como Campillo de Deleitosa, Higuera de Albalat o el desaparecido Torviscoso); con culto destacado, en la mayoría de los casos con ermita, o al menos con Cofradía en el pasado (Deleitosa, Mesas de Ibor, Peraleda de la Mata, Saucedilla, Serrejón, etc.); e, incluso, hubo pueblos con Hospital en su honor (Villar del Pedroso). El motivo de ser implorado por los ganaderos se basaba en que este santo, antes de ser condenado a morir asaeteado, fue llevado al circo para ser devorado por las fieras; pero éstas le respetaron. Y esa protección para sus reses es lo que deseaban.
San Blas: en las mismas circunstancias anteriores (según podemos apreciar en Toril, Robledollano y Valdecañas); con ermita, Cofradía y otras importantes manifestaciones (Casas de Miravete, Romangordo, todos los pueblos de la Vera, Sierra de Gata, la Jara cacereña, etc.). Fue martirizado con peines de hierro similares a los que usaba los cardadores para preparar la valiosa lana, por lo que se convertirá en patrono de ese gremio.
San Bartolomé: Patrón de Bohonal y Fresnedoso de Ibor, Montehermoso, Villa del Campo, Valencia de Alcántara, etc.; al que además dedicaron ermitas en otros lugares (como Casatejada, ya desaparecida). El hecho de haber sido desollado vivo, por lo que se le suele representar con una navaja en la mano, incidirá en que fuera objeto de culto por numerosos pueblos de tradición ganadera (ya que el valor de las pieles siempre fue significativo, siendo una destacada fuente de ingresos).
Tal vez por ello tiene tan excelente ganado, cuyas carnes viajan a los mejores asadores de Castilla y León y carnicerías de la localidad. Y es un tema que conozco muy bien: soy hermano, hijo, sobrino, nieto y biznieto –al menos– de carniceros. Hoy –si Dios quiere, y tras los actos religiosos–, la degustaré en mi Montehermoso natal.
¡VIVA SAN BERTOLAMÉN bendito! (comu idimuh payá…).