POR DOMINGO QUIJADA GONZÁLEZ, CRONISTA OFICIAL DE NAVALMORAL DE LA MATA (CÁCERES)
Esta peculiar localidad cacereña, conocida internacionalmente por ser la “Cuna del tipismo extremeño”: traje, gorra y habla singular; campanas y cencerros; interesante patrimonio arqueológico, etnográfico y natural; destacada industria y sector servicio, rica agricultura de regadío y olivar, más un largo etcétera, tiene también la peculiaridad de contar nada más y nada menos que con siete ermitas (cuando lo habitual es que los pueblos sólo dispongan de una o dos), al margen de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Además, la devoción de sus vecinos y las intervenciones religiosas y municipales en las últimas décadas han determinado que casi todas ellas se encuentren en buen estado.
1.- La más alejada, antigua y descuidada es la de Santiago, levantada por los caballeros de dicha Orden en el siglo XIII, tras reconquistar la Atalaya (junto a cuyas ruinas se halla, en las orillas del Alagón, ya sin uso religioso).
2.- Por el mismo camino, pero algo más cerca del pueblo, llegamos a la sede de la patrona del mismo, la ermita de la Virgen de Valdefuentes, edificada inicialmente en el s. XV y muy restaurada a partir de entonces (la última, a finales del XX), para acoger la talla románica de las misma, una de las más antiguas de Extremadura, pues data de una época comprendida entre los siglos XII y mediados del XIII. Le acompañan otras imágenes, como Santa Bárbara y Santa Lucía.
La ermita actual es una construcción de tres naves, cubiertas con bóvedas de cañón y cúpula sobre el altar, con pórtico sobre cuatro columnas a los pies y protegida con contrafuertes laterales. Edificio de estilo popular y construcción imprecisa, por las restauraciones citadas. A base de mampostería enfoscada y pintada, y sillería en las esquinas y contrafuertes. Un esquilón corona el frente del tejado.
Ya en el casco urbano (aunque en su origen todas estuvieron fuera), se encuentran otras cuatro, todas ellas con muchas similitudes: estilo popular, de mampostería; sillares en esquinas, contrafuertes, portadas (todas de medio punto) y ventanas; esquilón y artesonado cubierto con tejas.
3.- La erigida en honor del Cristo de los Remedios: la más antigua de ellas, pues debió iniciarse a finales del siglo XVI y restaurada a partir de entonces (la última en 1995), pues tiene algunos retoques barrocos, como los pináculos de la capilla mayor abovedada. Fuera de la ermita, cuenta con un pórtico tejado a dos aguas, apoyado sobre seis columnas de granito y decorado con un arco de medio punto, con asientos; con una cruz frente al mismo. La imagen, es una talla bastante interesante. El culto se limita a su festividad el 14 de septiembre y novenas previas. Y tres imágenes completan el ajuar escultórico: la Virgen de la Guía, la Virgen Bienvenida (embarazada) y la del Rosario.
En el siglo XVIII se terminaron las otras tres antiguas:
4.- San Antonio
Restaurada también a finales del XX (1998). Similar a la anterior, pero la mampostería se mantiene sin revocar; con bóveda sobre el altar y el retablo, y artesonado de madera. El conjunto está ajardinado.
Al igual que la del Cristo, a la entrada hay un portal con tejado a tres aguas, sobre seis columnas de cantería; y, enfrente, un calvario de granito. En el tejado, tiene pináculos en las seis esquinas.
Posee un retablo pequeño con la imagen de San Antonio en el centro. Y se completa con imágenes de la Virgen del Amparo y Santa Rita.
5.- San Bartolomé, patrón del pueblo, que comparte con San Blas. En el siglo XIX, tras las leyes que obligaban a inhumar fuera de las iglesias, se habilitó a su alrededor el antiguo cementerio (al situarse fuera del pueblo). Su modelo es muy parecido a la siguiente, sin bóveda sobre el altar (tejado corrido) y un pequeño portal a un agua apoyado sobre dos columnas en la portada. Fue restaurada en el 2006 y urbanizado su alrededor. Cuenta también con una talla denominada de “San Marcos” (pero que en realidad es San Lucas), más otras dos más modernas de S. Isidro y V. de Fátima.
6.- La de San Sebastián: parecida a la anterior, pero más precisa en el tiempo porque tiene una inscripción de 1742. Debió ser construida a expensa de ganaderos y trashumantes, pues frente a ella estaba el ejido y laguna de su nombre, donde descansaban las merinas que transitaban por la cañada que se dirigía hacia Guijo de Granadilla y la Ruta de la Plata. Restaurada en el año 2002.
San Sebastián y San Blas están íntimamente relacionados con el sector pecuario, ya que los pastores buscaban en el primero protección para sus ganados ante el acoso de lobos y otras alimañas (porque el santo fue respetado por las fieras cuando fue arrojado al circo romano, antes de ser asaeteado); mientras San Blas fue el patrón de los cardadores, porque fue martirizado con peines de hierro, similares a los que usaba este gremio. Como veremos en su día, tanto ambos santos como ermitas forman parte del contexto en que se celebran Los Negritos, el 2 y 3 de febrero: Fiesta de Interés Turístico Regional de Extremadura en el 2006 (tras los trámites iniciados en el 2000).
Completan las imágenes de la ermita la Virgen del Amor Hermoso, y otras dos más recientes: la Virgen de Lourdes y el paso procesional de La Borriquita.
7.- Y la última que nos queda, y más reciente, es la construida por los conductores en 1990 en honor de San Cristóbal, en el paraje de Las Hoyas, junto al Arroyo del Pez y carretera que conduce a Aceituna. Es tan pequeña que sólo acoge a la imagen y el altar.
NOTA: no hubiera podido completar el catálogo de imágenes sin la ayuda de mi amiga Pepita Fuentes y mi hermana Fruti. Gracias a ambas.