POR JOSÉ MARÍA FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Los Picos de Europa con sus sierras, cordilleras y praderíos dan cuna y protección a los LAGOS DE COVADONGA, Enol y Ercina, dos maravillas de paisaje que desde su altura de nubes contemplan la histórica realidad de LA SANTINA alojada en su Cova Dominica.
Cuenta una vieja leyenda que la Virgen María, en su peregrinar por tierras asturianas para esconderse de la persecución musulmana, llegada a estas cordilleras, comenzó a llorar suplicando ayuda para Asturias y para España.
Sus lágrimas marcaron el nacimiento de estos dos lagos, hoy foco de excursión de montañeros y etapas finales de Vueltas Ciclistas.
La nieve visitó durante estos días nuestros valles y montes.
Picos de Europa y Lagos de Covadonga, ayer noche en claridad de luna y estrellada limpia, eran tentación de belleza y de fotografía.
Nuestra foto de hoy, del Lago Enol, es inspiración y obra de mi hijo FIDI FIDALGO, dedicada en honor y amor a nuestra Asturias.
¡Montes nevados!
Sí, los de Covadonga son santos; pero aquí y ahora, por sugerencia de la foto, les voy a hablar de los «montes nevados dulces»; una exquisitez de postre de la que acertaron transformar en especialidad las gentes albaceteñas de Peñas de San Pedro.
María Mestayer de Echagüe, que firmaba con el seudónimo de «Marquesa de Parabere», en su libro «Confitería y Repostería», explica que por «Montes Nevados» e «Islas Flotantes» se designan aquellos dulces (bizcochos, bavarois, merengues…) que flotan en una crema o jarabe.
En opinión de la marquesa, los montes nevados se presentan en una fuente redonda amplia; las «islas flotantes» se ofrecen en una copa amplia de servicio individual.
¿Saben una cosa muy asturiana?
Se la cuento.
En la década de 1950, la ovetense doña Carmen Grande Cabal escribió un magnífico libro titulado «Aprenda Usted Cocina Selecta». Yo poseo la 5º edición editada por Gráficas Summa (Oviedo 1959).
Pues bien, en ese precioso y útil libro al «monte nevado» doña Carmen lo titula MONTEAGUGO.
¡En Asturias, qué demonios, hay que ser grandones!
¿Cómo se prepara el «monte nevado» o, en pequeño, la «isla flotante»?
Pongan a hervir 3/4 de litro de leche con una rama de canela, 150 g de azúcar y un chorro de brandy.
Tengan batidas unas claras de huevo con un poco de azúcar a punto de nieve fuerte y viertan cucharadas de este merengue en la leche hirviente. Denles la vuelta y cuiden que cuajen perfectamente. Retiren y reserven.
Terminada la cocción de los merengues elaboren unas natillas espesitas con esa leche, harina fina de repostería, un poco de mantequilla, y huevos según sea su costumbre.
Estas natillas, templadas, se disponen en una fuente grande, redonda, y sobre ellas, a modo de colinas y pequeñas montañas, se distribuyen los merengues.
Decoren, espolvoreando las claras, con avellana tostada molida groseramente.
Les comentaba que los «montes nevados» son especialidad dulcera de Peñas de San Pedro (Albacete).
Pues si desean saber lo que es una «isla flotante» y gozar de su exquisitez, váyanse a Colunga. El Restaurante VISTA ALEGRE, en la misma playa de La Griega, las prepara magistralmente.