POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (CÁCERES)
Desde lejos, desde el norte, se extiende el atardecer. Anda la luz, escasa luz, a estas horas, cansada de cubrir plazas, calles, casas, balcones, terrazas y azoteas.
Paisaje y paisanaje. Piedra, cal, ladrillo, verjas, puertas, personas y vida.
Y allí la torre, fuerte y alta.
Un campanario que toca, alaba, llora, nos llama y convoca.
Y un reloj que no mide el tiempo porque parece que no pasa el tiempo.