POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Pronto llegarán días de brasero, de nieblas, de aliento traspasando las bufandas, de echar un cobertor en la cama. Serpenteará el rito del humo de las castañas asadas bajo los contraluces grises con los que nos obsequia el otoño. Pronto los sabores traerán dulce de membrillo, buñuelos de viento y huesos de santo. Hay cosas por las que parece que el tiempo no pasa, esas que se hacen, por la belleza que proclaman, eternas.
El monumento erigido en Mirandilla al piconero, se localiza en la entrada a la población llegando tras la salida de la Autovía de la Plata, ofrece el siguiente texto “En memoria de quienes trabajan y trabajaron la tierra y sus recursos. Entre todos estos oficios, el de piconero hizo singular al pueblo de Mirandilla”, marzo 2019. Piconeros que desde la honradez trajinan en las dehesas para llevar a casa un jornal con el que poder vivir. Suena el pregón: ¡Picón de encina, al buen picón.