POR PEPE MONTESERÍN CORRALES, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)

Que se prohíba a los estudiantes llevar el móvil a las aulas suena a cuando en primaria nos prohibían usar lápiz en lugar de pizarrín, luego bolígrafo en lugar del lápiz…

El teléfono ya es memoria biónica, somos cíborgs, necesitamos manos y ojos, no para acariciar, tampoco para caminar sin estrellarnos contra las farolas, sino para el móvil, y enchufaremos al cogote el smartphone cuando pretendamos recordar nuestros propios gustos, sentimientos y emociones; gustos, sentimientos y emociones que bajaremos del Movistar de turno o nos implantará el día de la confirmación nuestra cibermadre patria.

Hace un par de años hacíamos chistes de osados que se atrevían a salir de casa con el móvil bajo de batería, actualmente es de temerarios prescindir de él incluso durmiendo.

Prohibir el teléfono móvil en las escuelas de mañana sería como si nos hubieran amputado los dedos para entrar en los colegios de ayer.

Fuente: https://www.lne.es/blogs/la-mar-de-oviedo/movil-en-vena.html