MUJERES EN LA CIENCIA: OLIVIA SABUCO
Oct 26 2024

POR MARÍA DEL CARMEN CALDERÓN BERROCAL, CRONISTA OFICIAL DE CABEZA LA VACA (BADAJOZ)

Detalle de retrato de Olivia Sabuco

Hasta principios del siglo XX, fue reconocida como la autora de Nueva Filosofía, un tratado que combinaba ciencia, medicina y filosofía, algo inaudito en una mujer de su tiempo.

Existe un debate en torno a la autoría del destacado texto titulado «Nueva filosofía de la naturaleza del hombre», ya que se discute si su verdadera autora es Miguel Sabuco o su hija Oliva Sabuco. En caso de que esta última sea la autora, estaríamos ante una de las pocas figuras científicas femeninas de la Edad Moderna

Hasta el año 1903, Oliva Sabuco fue ampliamente reconocida como la autora del libro «Nueva Filosofía«. No obstante, un giro significativo y controversial en torno a la verdadera autoría de la obra se produjo en 1900, cuando José Marco Hidalgo, registrador de la propiedad en Alcaraz, descubrió el testamento de Miguel Sabuco, datado en 1588.

En dicho testamento, Miguel Sabuco afirmó ser el autor del libro, aunque había atribuido la autoría a su hija para otorgarle el nombre y la honra, pero no los beneficios.

Curiosamente, Olivia Sabuco redactó su propio testamento el 13 de febrero de 1646, a la edad de 83 años y, aunque declaró estar enferma físicamente, aseguró que estaba en pleno uso de su juicio y entendimiento. Sin embargo, en su testamento, no hizo mención de la obra que su padre había atribuido a su autoría en 1588.

En ese mismo año, Olivia Sabuco compareció ante un notario y revocó su reclamación de ser la autora del libro, declarando que no había escrito la obra. Esta revelación llevó a la Biblioteca Nacional a rectificar su catálogo para reflejar esta nueva información. No obstante, una parte de la crítica consideró estos documentos como argumentos débiles.

Desde principios del siglo XX hasta la actualidad, ha persistido un conflicto continuo entre quienes defienden y quienes cuestionan la autoría del libro «Nueva Filosofía«.

Así fue la historia: Olivia Sabuco, nacida en Alcaraz en 1562, lleva sobre sus hombros una historia cargada de sombras y ambigüedades. Hasta principios del siglo XX, fue reconocida como la autora de Nueva Filosofía, un tratado que combinaba ciencia, medicina y filosofía, algo inaudito en una mujer de su tiempo. Sin embargo, todo cambió en 1900 cuando José Marco Hidalgo, registrador de la propiedad en Alcaraz, halló un testamento que echó por tierra aquella autoría. En ese documento, fechado en 1588, su padre, Miguel Sabuco, afirmaba ser el verdadero autor de la obra, explicando que había puesto a su hija como autora para darle prestigio y reconocimiento, pero que los frutos del trabajo eran suyos.

Esa revelación fue un golpe para quienes veían en Olivia Sabuco a una de las pioneras del pensamiento en el Siglo de Oro. La Biblioteca Nacional tuvo que corregir sus registros y las críticas no tardaron en llegar.

Parte de los investigadores no aceptaron tan fácilmente la palabra del padre, considerando sus afirmaciones como un argumento débil o interesado. Desde entonces, la autoría de Nueva Filosofía ha estado envuelta en una controversia constante, con voces a favor y en contra de la teoría de la impostura.

Lo que sí sabemos es que Olivia nació en el seno de una familia numerosa, siendo la quinta de nueve hijos. Su padre, Miguel, era bachiller y boticario; y, tras enviudar, se volvió a casar en 1580.

No hay registros precisos sobre la educación de Olivia, pero algunos suponen que pudo haberse formado en casa o en los círculos intelectuales de Alcaraz, donde el humanista Pedro Simón Abril impartía clases de gramática y retórica. Sin embargo, la falta de documentos que certifiquen una instrucción formal para las mujeres en Alcaraz en el siglo XVI deja este aspecto de su vida en el terreno de la especulación.

A los 18 años, Olivia contrajo matrimonio con Acacio de Buedo, miembro de una familia influyente en la ciudad. Acacio se dedicó a la política durante casi medio siglo, siendo regidor perpetuo durante más de dos décadas. El matrimonio fue ventajoso, aunque no estuvo exento de tensiones. La elevada dote que Miguel Sabuco prometió a su hija resultó ser una carga demasiado pesada para él y ambos —suegro y yerno— tuvieron que renegociar los términos.

No es descabellado pensar que la atribución del libro a Olivia pudo haber sido una estrategia para elevar su prestigio social, escondiendo tal vez los orígenes judeoconversos de la familia.

Oliva tuvo cuatro hijos y en su testamento, redactado en 1646 cuando contaba con 83 años, no hace ninguna mención a la autoría de Nueva Filosofía. En vez de ello, sus preocupaciones estaban centradas en asegurar la paz familiar y resolver los conflictos patrimoniales entre sus hijos, instando a su hijo Pablo a devolver lo que había usurpado a sus hermanos. Su testamento nos muestra a una mujer más preocupada por las riñas domésticas que por las cuestiones filosóficas o literarias que habían marcado su juventud.

A pesar de la polémica sobre la autoría de su obra, lo cierto es que Olivia Sabuco o su entorno familiar, dejó una huella profunda en la historia intelectual de España. La sombra de la duda persiste, pero su nombre sigue resonando, encarnando el enigma de una mujer que pudo haber sido mucho más que un simple nombre en la portada de un libro.

El libro Nueva Filosofía de la naturaleza del hombre, no conocida ni alcanzada de los grandes filósofos antiguos, la cual mejora la vida y salud humana, compuesta por Oliva Sabuco y publicado en Madrid en 1587, es una obra que se presenta bajo un manto de humildad y respeto hacia el poder real. En su carta dedicatoria «al Rey Nuestro Señor«, la autora se arrodilla literariamente, implorando al monarca que, como caballero de noble cuna, extienda su protección y favor a las mujeres que, como ella, se atreven a aventurarse en terrenos que hasta entonces les habían sido vedados.

El libro, resultado de un largo proceso de autorización y edición, fue aprobado con privilegio real en julio de 1586 y su contenido, redactado mayoritariamente en un castellano claro y directo, con apenas algunas secciones en latín, se lanzó al mundo con grandes expectativas.

La obra y su supuesta autora no tardaron en recibir elogios. El contenido, profundamente científico y filosófico, fue apreciado por eruditos de la época no solo por las innovaciones que aportaba, sino también por la calidad literaria que, según algunos críticos, alcanzaba el nivel de autores como Miguel de Cervantes.

Incluso Lope de Vega, nunca generoso con los halagos gratuitos, la bautizó como “la décima musa”.

La propuesta central del libro, que abogaba por una vida equilibrada basada en el diálogo, la música, el disfrute de la naturaleza y el control de las emociones, resuena con sorprendente actualidad. Esta filosofía de vida, con su énfasis en la eutrapelia —el arte de la buena conversación—, devolvió a la obra un interés renovado muchos siglos después.

Pero la gloria duró poco o, al menos, no sin controversia.

En 1588, apenas un año después de la publicación del libro, Miguel Sabuco, padre de Oliva, hizo testamento y, en un giro inesperado, declaró que el libro era de su completa autoría. Según su declaración notarial, él había presentado a su hija como autora para brindarle prestigio social, reservándose los beneficios económicos de la obra. Su plan, que incluía legar esos frutos a su joven segunda esposa y al hijo que había tenido con ella, venía acompañado de una advertencia severa: Olivia, bajo pena de incurrir en su maldición, no debía intentar revertir esta disposición ni reclamar la autoría.

El contenido de la Nueva Filosofía es audaz y adelantado a su tiempo. La obra aborda temas de medicina, higiene y filosofía con una profundidad y lógica que desafiaban las corrientes dominantes. Entre las teorías más innovadoras se encuentran sus reflexiones sobre la prevención de epidemias, la circulación sanguínea, la conexión entre el alma y el cerebro; y un análisis pionero de las pasiones y emociones humanas.

Estos planteamientos, tan originales como sólidos, colocan a Sabuco -o quien quiera que fuese su verdadero autor, aunque podemos pensar que, efectivamente, fue Olivia Sabuco su autora-,  como un precursor de la medicina moderna, adelantándose en ciertos aspectos al médico francés Xavier Bichat. No es exagerado afirmar que esta obra marcó un hito en el pensamiento científico español, comparable en su impacto al de Miguel Servet.

A Olivia Sabuco de Nantes Barrera, lo mismo que pasó con Trótula y otras muchas se le puso en duda la autoría de su obra y, apenas se publicó Nueva Filosofía de la naturaleza del hombre, su propio padre, Miguel Sabuco, afirmó por escrito ser el verdadero autor. De hecho, -según consta-, envió a su hijo mayor, Alonso, a Portugal con una carta de poder, encargándole que el libro se publicara allí bajo su nombre. Este episodio es recogido por Rivera Garretas en 1997 y alimenta aún más la controversia sobre quién fue realmente la mente que estuvo detrás de esta obra. La historia, no obstante, sigue siendo un enigma. ¿Fue Olivia Sabuco una marioneta en las ambiciones de su padre? ¿O quizá una autora que cedió bajo la presión familiar y social?

A más de cuatro siglos de distancia, la duda persiste y ese misterio no hace sino añadir una capa de intriga a una obra que, por sí sola, desafió las normas del pensamiento de su época, cuyo robo de autoría habría tenido Olivia que soportar bajo amenaza.

FUENTE: https://www.diariosigloxxi.com/texto-diario/mostrar/5045174/mujeres-ciencia-olivia-sabuco

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