POR ANTONIO BOTÍAS CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
El alcalde de Murcia José Ballesta anuncia que cumplirá, cien años después de la muerte del periodista, el compromiso que entonces se adoptó de reconocer su memoria
Cien años y una retahíla de alcaldes han tenido que pasar, con mayor, menor y hasta ninguna fortuna en sus mandatos, para que el antiguo Concejo cumpla el compromiso de erigir un busto a uno de los murcianos más célebres de todas las épocas: el periodista Martínez Tornel, el que impulsara la primera campaña internacional en un diario tras la riada de Santa Teresa, el que defendió hasta la muerte a los huertanos, la cultura y tradiciones de esta tierra a través del no menos célebre ‘Diario de Murcia’.
Por eso, y por muchas cosas más, el alcalde, José Ballesta, ha decidido dar por zanjada la cuestión e impulsará el monumento, en esa u otra forma, durante este año y cuando se cumple el centenario de la muerte de Tornel.
El periodista murió un 16 de mayo de 1916. Su entierro fue descrito por la prensa como el más multitudinario del siglo e incluso algunos cifraron la asistencia en 10.000 almas que, para la época, suponían una auténtica legión.
No es de extrañar que el mismo día, el diario ‘El Tiempo’ anunciara cómo «el notable joven y escultor» José Planes ya daba los últimos retoques a un busto de Tornel.
El redactor explicaba en su crónica que el artista de Espinardo había realizado su trabajo «en barro» y lo ejecutó «ante el cadáver».
La obra, según ‘El Tiempo’, «nos maravilló» por la presteza en realizarla «y la exactitud con que está hecha». El rotativo aseguraba que, una vez concluida la pieza, «le valdrá al autor los más sinceros elogios, y esta nueva obra acrecentará la justa fama que se ha conquistado tan hábil y notable artista».
El Ayuntamiento se apresuró a convocar el mismo mes una asamblea «con objeto de acordar lo que se ha de hacer en honor del ilustre decano de los periodistas murcianos», según publicó el periódico ‘El Liberal’ con fecha 31 de mayo.
Pero, en esa misma publicación, la redacción ya adelantaba que habían decidido reimprimir sus primeras crónicas y mantener la suscripción popular de San José, impulsada por Tornel, «para que los pobres que eran socorridos con aquellas papeletas filantrópicas no las echen de menos nunca».
El mismo diario aconsejaba al Consistorio adquirir el busto de Planes, «con lo cual honraría la memoria del periodista murciano». Y si acaso el Ayuntamiento se negaba a ello, «debe procurarse la colaboración popular».
La reunión se celebró el 1 de junio. Tras los prolegómenos del alcalde se decidió abrir una suscripción para que los murcianos aportaran fondos que se destinarían a perpetuar la memoria de Tornel.
Solo uno de los asistentes, Ángel Guirao, advirtió de los retrasos que ese tipo de propuestas conllevaban y, de forma directa, propuso colocar una lápida de mármol «con el busto en relieve del maestro constando en ella la gratitud» de la ciudad.
Más que José María Muñoz
Otros asistentes, con acierto, recordaron que se había levantado una estatua a José María Muñoz, el filántropo que tanto ayudó a los damnificados en la riada de Santa Teresa. Y Muñoz era «lugarteniente de Tornel», por lo que «al caudillo no debía regateársele».
Era cierto si tenemos en cuenta que el principal promotor de la ayuda durante aquella catástrofe fue el periodista. Para acabar pronto, el alcalde remitió el acuerdo a una comisión formada por él mismo, como presidente, los diputados murcianos en Cortes y los directores de los periódicos.
Todo quedó en nada. Diecisiete años más tarde, el diario ‘La Verdad’ publicaba la propuesta de erigir el busto en el parque Ruiz Hidalgo, aunque añadía que, más que un homenaje en piedra, urgía recuperar las obras del autor y «organizar la semana Martínez Tornel, durante la cual en nuestros círculos se dieran conferencias y en nuestros diarios locales se publicaran artículos y estudios relativos a su vida y obra». Y concluía el anónimo redactor: «Por si tiene acogida la idea ahí queda».
En 1933, ‘Levante Agrario’, subtitulado «diario republicano independiente», volvía a retomar la idea del homenaje al célebre murciano. Se sumaba así a la propuesta de Alberto Sevilla, quien desde ‘El Tiempo’ solicitaba erigirle a Tornel un busto en el parque Ruiz Hidalgo.
Aunque el director de ‘Levante’ consideraba en su editorial que aquello era poca cosa. Así, advertía de que el periodista «merecía una estatua en la plaza más céntrica de la ciudad». Además, reconocía que «injustamente hemos tenido en el olvido a uno de los nuestros, a Martínez Tornel, y la conciencia muchas veces nos ha remordido por el abandono que de su memoria habíamos hecho». Y aún más.
El director proponía que la Diputación y el Ayuntamiento impulsaran la celebración del «Día Martínez Tornel, en el que la ciudad y su huerta le rindan un homenaje de veneración y cariño».
El artículo de Sevilla recibió contestación en las páginas de ‘El Liberal’ el 13 de octubre de 1933 por el presidente de la Asociación de la Prensa,
Ricardo Serna, quien admitió que con una estatua se recordaría la figura de «un patriarca del periodismo murciano». La carta fue apoyada por periódicos locales de la época, que se sumaron al proyecto.
La Junta de Festejos de Murcia, recién constituida, reconocía en enero de 1934, con respecto al monumento, que «si dejamos las cosas para hacerlas después corremos el peligro de no hacerlas nunca». Un año más tarde, en 1935, cuando se cumplían 19 desde la muerte de Tornel, se volvía a retomar la cuestión.
Ya antes, se le propuso a la Asociación de la Prensa, pero la institución andaba organizando otro homenaje y declinó encabezar la conmemoración.
En esta ocasión, a través de un comunicado, apoyaban el homenaje y pedían que «no se cumpla el XX aniversario de Martínez Tornel sin que un busto, una estatua o monumento perpetúe su memoria». Y vuelta a empezar: constitución de una comisión, reuniones para decidir qué hacer, aprobación de un boceto para una escultura…
Aprobadas para recaudar fondos se celebró una función benéfica en el teatro de La Alberca, pedanía natal del periodista, en noviembre de 1935. Para la ocasión se interpretaron las obras ‘María del Carmen’, de Feliú y Codina, y el sainete ‘La política en Los Garres’. Entretanto, desde Javalí Viejo se remitían donativos a la Asociación de la Prensa, en la calle Azucaque, por parte de las niñas del colegio de Luisa Delgado.
Desde toda la Región
No serían las únicas. Los maestros de muchos pueblos murcianos se sumaron a la idea e incluso se convirtieron en receptores de donativos para el monumento, entre ellos los de Alquerías, Churra, Puebla de Soto, Llano de Brujas, El Palmar… Sin olvidar el apoyo de la propia Diputación.
En marzo de 1936, el diario ‘El Liberal’ informó de la constitución de un comité ejecutivo para el homenaje, encabezado por la Asociación de la Prensa, desde donde habían encargado al escultor Juan González Moreno que propusiera una obra.
Por entonces, el Ayuntamiento ya había comprometido 1.300 pesetas, otras 1.000 la Asociación y 500 el propio ‘El Liberal’. Las listas de suscriptores que se publicaron contienen nombres de todos los municipios. Una de las últimas se publicó el día 1 de abril de 1936. Y, en esas, estalló la Guerra Civil y, una vez más, el proyecto pasó al olvido.
Andrés Bolarín contaría en el semanario ‘Hoja del Lunes’, al hacer referencia a la suerte que habían corrido las esculturas dedicaras a los próceres murcianos que a Martínez Tornel «todavía no le llegó su turno, aunque existe el proyecto de un homenaje en piedra, con un relieve que está depositado en la Asociación de la Prensa».
La última vez que se pidió la colocación del tan nombrado busto fue en el año 2008 y, porque no está feo que se diga pues es verdad, fue servidor quien tuvo la idea, la misma idea que por fin, un siglo más tarde, el alcalde hará realidad.