POR: ALFONSO ROVIRA MARÍN. CRONISTA OFICIAL DE ALZIRA (VALENCIA?
La agrupación musical Ibn Hafadja de Alzira, ofreció un espectacular concierto en la iglesia del monasterio donde está enterrado Jaime I, bajo la dirección de Alberto Sánchez Castillo.
De un diez, elevado al quince, podemos calificar la actuación de la Agrupación Musical Ibn Hafatja, de la Sociedad Musical de Alzira, en la tarde del sábado 27 de junio de 2015, en la iglesia del monasterio de Santa María de Poblet, muy vinculado a Alzira por la conversión al cristianismo de su santo patrón, Sant Bernat, que fue monje de aquella abadía en el siglo XII.
Con la asistencia del alcalde de Alzira, Diego Gómez, acompañado del abad del monasterio, Josep Alegre, dio comienzo el concierto dirigido por Alberto Sánchez Castillo, presentado por Aureliano Lairón, Cronista Oficial de Alzira y miembro de le “Germandat de Poblet”, quien explicó al auditorio de dónde venía el nombre de la agrupación musical, y de la vinculación del monasterio con Alzira. Fueron obras escogidas especialmente para el lugar donde estaban actuando, entre ellas “Els motets de la Passió d’Alzira”, de José Grau, que cantaron Guillermo Galán, clarinete y Chema Pérez, saxo del conjunto. Una de las obras que más apreció y aplaudió el público que llenaba el templo de la abadía, pertenecientes a la “Germandat de Poblet”, procedentes de distintos lugares, que celebraban la asamblea anual. Una de las obras que encantó al auditorio, fue “La Madrugá”, de Abel Moreno.
Al finalizar la audición, el mismo abad manifestaba su satisfacción por haberla escuchado, lo que hizo que el “mestre” volviera a bisarla en su honor, tras intercambiar unos obsequios. Los músicos hicieron entrega de un cuadro de la Virgen de la Asunción, grabado en el mismo una clave de “Sol”, obra de Susana Nadal. Por su parte los monjes les obsequiaron con unas publicaciones del monasterio.
El concierto en esta abadía fue un regalo para los oídos, el poder escuchar aquellas armoniosas notas, gozando más de una hora con el mayor silencio y atención el programa escogido por el “mestre”. La banda alcireña hizo atronar las gruesas paredes conventuales en el mejor de los paraísos.
Para terminar, todo el grupo se dispuso a plasmar el recuerdo gráfico de su paso por el monasterio, reuniéndose en el altar mayor de la iglesia, teniendo como fondo el retablo del valenciano Damián Forment, que lo fabricó entre 1527 y 1529. A llegar Lairón en su presentación al sepulcro donde descansan los restos de Jaime I de Aragón -que falleció en Alzira el 27 de julio de 1276- comentó el deseo del gobernante que fue el más importante del Reino de Valencia en su época, estar enterrado en el Monasterio de Poblet.
Por la mañana, al llegar al recinto de la abadía cisterciense, giraron visita al monasterio acompañados de un monje, quien les dio toda clase de explicaciones históricas. Tras el concierto se visitó en Espluga de Francolí un completo y bellísimo museo rural.
A la mañana siguiente, domingo, cerca de las 11 de la mañana, la expedición emprendió viaje de regreso a Alzira, no sin antes girar visita al monasterio de Santes Creus, también de la Orden del Císter, donde recorrieron el recinto con las sabias explicaciones de José Luís Andrés, miembro tambien de la “Germandat de Poblet” y principal responsable de la actuación musical en Poblet. En la iglesia de les Santes Creus, descansan los restos de Pedro I de Valencia; su hijo, Jaime II, “El Just” y el almirante Roger de Lauria.
Los alcireños siempre son bien recibidos en Poblet, por el motivo de todos conocido, San Bernardo, príncipe árabe de Carlet y mártir de Alzira, se convirtió allí al cristianismo mediado el siglo XII. Los monjes lo recuerdan de singular manera: “Alzira es la terra del mártir Sant Bernat, monjo de Poblet, que per Déu i la religió, juntament amb les seues germanes, María i Gràcia, donaren la vida terrena, glorificant el Monestir, a més, que el rei Jaume d’Aragó, les despulles del qual abans de morir a Alzira, va renunciar a la corona a favor del seu fill Pere, es va fer monjo del Císter, va rebre el sant Viatic i sense dubte va exhalar el darrer suspir”.