POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Ayer, ¡qué gran día el de ayer!, asistí en mi calidad de Cofrade de HONOR, al acto institucional de la designación como FIESTA DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL a la que promueve cada 19 de octubre la ovetense COFRADÍA DEL DESARME en la propia capital del Principado.
La realidad histórica del Desarme juega a escondidas entre la verdad y la leyenda y, entre ambas, el listado del menú cuartelero que se ofreció a la soldadesca en tal sucedido. Mi gran amigo ADOLFO CASAPRIMA ha desvelado en su libro interesantes investigaciones al respecto y de todo su trabajo se deduce una consecuencia. El menú del Desarme y su fiesta es un «algo» de raíz ovetense y con gran manifestación de democracia popular asturiana. Día para comer juntos y todos coincidentes en el menú (potaje de garbanzos con bacalao y espinacas, callos al modo de Oviedo, y arroz con leche) sin distinción de clases sociales, sexo, religión, ideología política y todo lo que ustedes quieran-
Evidentemente ayer degustamos, aunque «fuera de tiempo», el MENÚ DEL DESARME en un señorial marco hostelero: El Restaurante DE LABRA, en Santa Ana de Abuli, mansión-palacio que fuera de un antiguo alcalde ovetense, el Sr. De Labra.
¡Enhorabuena a la COFRADÍA DEL DESARME! por el logro de esta denominación para una fiesta que es una de las señas más brillantes de la historia ovetense.
Llego a casa y, oh sorpresa!, mi mujer había comprado unos muslitos de pollo en nuestro supermercado de «enfrente», HEMARK ALIMENTACIÓN, donde Marta y Juan hacen gala de atención y cariño al cliente.
Muslitos de pollo de granja avícola, por supuesto, pero de muy buena calidad…y precio.
Nosotros los preparamos «a nuestro modo», que es muy sencillo.
En la olla rápida, sin cerrar, pochamos una cebolla y un pimiento picadinos, pero no «menudos»; ya doradín ese sofrito añadimos los muslinos adobados con ajo y sal. Cerramos la olla y, una vez que la válvula inicie el giro, dejamos cocer durante unos 10 minutos.
Retiramos del fuego y, ya sin presión la olla, llevamos todo a una fuente de horno (muslitos y salsa), «bautizamos» con un chorro de brandy, y horneamos a 180 º hasta que los muslitos adquieran color dorado intenso.
Agregamos unas patatas panadera ya fritas y dejamos que «empapen» en la salsa.
¿Para acompañar?
Una ensalada de lechuga y tomate(asturianos) aliñada con vinagre de sidra asturiano y aceite de oliva virgen extra de Monterrubio de la Serena.
¿Y de postre? .- Quesín de «afuega´l pitu caseru», que compro en el «mercau de Cangues»; de Cangas de Onís, claro está.
Del «otru Cangues», que es el del Narcea, disfruto con sus vinos blancos y los tintos, que bebo en «cachu».
Ahí, ahí tienen la «afoto» de los muslinos «pa hoy».
¿»Apetécenseyos»?
«Pa enaguar más, mírenla a pantalla completa.»