POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
¡Qué veranín -mejor, «veranazu»- tuvimos este fin de semana, «fin de mayo y «naciatu» de junio».
¡Qué calores, compañeros!
La playa de La Griega -cuando yo era «nenu» diferenciábamos la «playa de Colunga» y la «playa de San Juan»- estaba a rebosar de gentes y de sombrillas.
Un verdadero espectáculo multicolor con paisaje de verde al sur y horizontes de azul al norte («pa contra la mar», que decimos los «locales»).
¿Y qué hay más allá del horizonte?
Yo lo expliqué muchas veces y hoy lo repito ampliando el concepto:
«Más allá tan los herejes; los que fai munchos años renegaron de la Iglesia de Roma y ahora con el Brexit renieguen de la Europa Comunitaria.»
¡Y qué profusión de banderolas y de puestos «de venta» en la villa capital con motivo de la I Fiesta de Primavera y Concurso Comarcal de Ganado Vacuno!.- Según mis noticias una ganadería de La Trapa venció en la especialidad de «raza asturiana de montaña», o «casina» que decimos en Colunga.
Fueron «puestos de realidad empresarial». Pequeña, pero realidad que debe abrir caminos de progreso y de ilusión.
¿Y usted cómo lo celebró?, me preguntarán. Pues eso: vermutín en la villa colunguesa, comidina en casa, cafetín en la playa, un vinín antes de cenar, celebrar lo del «Liverpul»… Eso el sábado. Y el domingo, (es decir, hoy), mercau en Cangues de Onís por la mañana, comidina en casa, siestina y retornu pa Xixón (por favor, castellano parlantes: no digan «Sisón» ni «Chichón». Si no saben pronunciar la «equis» (X) digan simplemente GIJÖN).
Y, ¿qué comí?
Pues unos MUSLINOS DE POLLEQUÍN asados «al mi saber» y una racionina de «quesu frescu de afuega´l pitu» que merqué en Cangues.
Les explico lo del «pollequín» y lo del «quesu».
Compré unos muslinos (muslitos, dicen los cursis) de pollo (de cultivo, por supuesto) de muy buena calidad y a muy buen precio. Eliminada parte de la piel (la que tenía grasa) y sazonados con ajo y sal, los llevé a la olla rápida en la que ya había echado un fondo de cebolla y pimientos (picados) pochados previamente.- Cerré la olla y dejé cocer durante 10 minutos. Retiré del fuego y esperé a abrirla durante otros 10 minutos.
Llevé el sofrito y la carne a una fuente de horno y, tras un «bautizo» con buen brandy y un poco de caldo de ave, asé el conjunto a 180º C, dando vuelta a la carne para que dorara por todos lados.
Ya en su punto, retiré del horno y añadí una «sartenada de patatos fritos» (patatines pequeñes redondines»).
Llevé de nuevo al horno, apagado pero caliente, y deje que los patatos se «empaparan» en el salsamente de cocción.
Les confieso que no era un «pitu pasteru, golfu o de corral»; pero, eso sí, estar, está de «¡empújame columpio!».
Lo del «quesu» es muy sencillo.
Yo los compro muy frescos, muy tiernos (como los que hacía en Cuesta Rocín la tía Florina) y los acompaño con un «poqueñín» de dulce de membrilloi.
Estos quesos son herederos de aquellos que, elaborados en Lena, surtían el mercado leonés en el siglo XVIII bajo el nombre de «ESGAÑA PITOS». Es decir, de los que al deglutirlos se adhieren un poco a la garganta (al «gorgoveru») y «casi obligan a una respiración silbante», que eso significa «esgañar» en León.
E insisto de nuevo: Nunca digan «quesitos de ahoga el pollo», ni confundan el REQUEXÓN (campo de fútbol donde entrena el Real Oviedo) con el REQUESÓN, ni llamen SIDRIÑA a la SIDRA, ni BORONA EMBARAZADA a la BOROÑA PREÑADA.
NOTA.- Dicen que mañana pueden «caer unes gotes». Así harán realidad el deseo de lo que afirma el refrán: «¡Qué buenu sería pa Asturies si sólo lloviera los lunes!».