POR GABRIEL SEGURA, CRONISTA OFICIAL DE ELDA (ALICANTE)
Un 18 de septiembre de 1820, hace precisamente 200 años, nacía en Elda Lamberto Amat y Sempere. Afortunadamente, su nombre rotula una de las calles de nuestra ciudad, mediante la cual se le rinde tributo y recuerdo perenne. Sirvan estas líneas para honrar su memoria al tiempo que descubrir a muchos la figura de este eldense, cuya obra escrita se convirtió en piedra angular sobre la que partieron todos los estudios históricos sobre nuestra ciudad.
Hijo de José Amat Amat y de María Sempere Vidal, familia acomodada y pudiente de la entonces villa de Elda. Su padre llegó a ser secretario primero y alcalde en varias ocasiones entre 1837 y 1847. Periodo de diez años en el que el joven Lamberto ejerció de secretario municipal. Hecho que le permitió entrar en contacto con el Archivo Municipal, donde entre papeles, legajos y pergaminos conoció de primera mano la historia de Elda. Información complementada con el Archivo Parroquial de Santa Ana, puesto a su disposición por el sacerdote Gonzalo Sempere Juan, cura párroco de la citada iglesia eldense.
A pesar de haber llegado a ser el mayor terrateniente de la villa y una de las rentas más importantes, Lamberto Amat fue un hombre culto, preocupado por el saber y por las cosas de su pueblo. Numerosas son sus obras literarias, estudios genealógicos y artículos periodísticos, pero su obra capital y la que le otorga un sitio privilegiado entre historiadores, cronistas y eruditos locales fue la que tituló “Elda. Su antigüedad, su historia. Personas de estirpe regia que habitaron su alcázar; edificios públicos, sus obras; lo que fue antes esta población y lo que es ahora; su huerta y producciones; industria de su vecinos, etc.”. Obra en dos volúmenes, finalizado el primero den 1873 y el segundo en 1875, que recoge un sinfín de datos no solo históricos, sino también económicos, urbanísticos, religiosos y en los que sus silencios explícitos también son indicativos de su posicionamiento político y económico como principal defensor de la agricultura eldense. Aquella pequeña villa “cuasi medieval”, su feraz huerta, el castillo palacio de los condes, el convento franciscano, la antigua y barroca iglesia de Santa Ana, las ermitas, la primitiva fiesta de los Moros y Cristianos, etc. son descritas minuciosamente por Lamberto Amat. Gracias a él podemos conocer con todo lujo de detalles cómo fue la Elda prezapatera, cómo eran aquellos monumentos hoy en día desaparecidos.
La obra de Lamberto Amat y Sempere todavía es de obligada consulta y referencia para muchos de los estudios históricos sobre la Elda pretérita. Por todo ello, a don Lamberto Amat, aún sin haberlo llegado a ser de forma oficial, se le debe considerar el primer cronista de Elda, al tiempo que, con todos los honores, el padre de la historia eldense.
Fuente: https://www.valledeelda.com/