POR RAFAEL SÁNCHEZ VALERÓN, CRONISTA OFICIAL DE INGENIO (LAS PALMAS)
Características técnicas y envergadura
Registro bruto,1758 toneladas. Neto, 756 toneladas. Peso muerto, 2560 toneladas. Eslora, 96,70 m. Manga, 13,80 m. Puntal, 8,20 m. Propulsor, Motor Diesel B&W. Potencia, 4200 HP. Velocidad, 15,40 nudos Combustible, Fuel oil.
Construcción y puesta en servicio
El buque frigorífico con casco de acero María del Carmen M. de Pinillos, fue construido en los Astilleros y Talleres del Noroeste (ASTANO) en El Ferrol por la Sociedad Española de Construcción Naval de Sestao para la Naviera Pinillos. Contratado en 1966 fue botado el 26 de mayo de 1967 y entregado el 15 de febrero de 1968. En el año 1974 la Naviera del Sur S.A. (SURNAVE S.A.) con sede en Santa Cruz de Tenerife (vinculada al armador Florentín Castro) adquirió en propiedad el buque bautizándolo con el nombre de Arona. Construido junto a su gemelo el Lago San Mauricio que al cambiar de dueño fue llamado Isora. Contaba con cinco bodegas, pudiendo transportar mercancías a una temperatura de -25ºC.
Primer viaje
Le correspondió inaugurar la primera línea frigorífica para el transporte de plátanos entre Canarias y la Península. Posteriormente realizó tareas de buque tramp (no tiene itinerario de puertos de escala predeterminados ni un horario establecido).
Agorero presagio
Procedente de Abidjan en Costa de Marfil, el Arona había llegado el día 17 de abril de 1978 con el fin de embarcar 1.700 toneladas de pescado congelado, atracando en el dique del Generalísimo de Las Palmas, para aprovisionarse. Poco antes del mediodía del jueves 20 de abril se declaró un incendio a bordo de su gemelo Isora que se encontraba abarloado a su costado, al prenderse fuego en el colchón del camarote del jefe de máquinas, alcanzando las llamas al techo y una mampara. Sofocado a tiempo con los medios de la embarcación sin que hubiera ningún herido, motivo por el cual se tuvo que transbordar la carga de pescado que llevaba al Arona y Ocean Sprinter.
El fatídico viaje
Consignado a “Frucasa”, el viernes, día 21 de abril a las 18,30, partió con un cargamento de 2.000 toneladas de pesca congelada, rumbo al puerto de Lagos (Nigeria). Cuando navegaba a unas 140 millas al sur de Las Palmas, encontrándose a la altura de Peña Grande en Villa Cisneros, en la madrugada del día 22 sobre las 02,30 horas se produjo a bordo un incendio por causas que se desconocen. A las 4 horas el capitán don Miguel Luzardo Falero dio la orden de abandonar la nave. Las llamas se extendieron por todo el puente de mando y cubierta, con grave riesgo de hundimiento, por lo que fue abandonado por sus 24 tripulantes, la mayoría de ellos residentes en Las Palmas y Tenerife, repartidos en dos tandas: catorce en un primer bote y once en el segundo, mientras, seis tripulantes se lanzaron al agua para alcanzar al carguero holandés Laura Christina, que había acudido en su auxilio ya que no se acercaba demasiado y guardaba una distancia prudencial por temor a que se produjera una explosión. Una vez a bordo donde recibieron comida, el fuego remitió, quedando luego sofocado, por lo cual en las primeras horas de la tarde del día 22, parte de la tripulación con el capitán volvieron al barco con la finalidad de reconocer los daños. Desde el primer momento acudió el pesquero español Froxa que le tendió un cabo con el fin de remolcarlo a puerto. El remolque se inició desde el lugar del siniestro a las 15,30 horas de la tarde del sábado, estimándose la llegada a Las Palmas sobre las tres de la tarde del día 23.
El hundimiento
En un principio todo venía bien, hasta el punto que la parte de los tripulantes que en unión del capitán habían pasado al Arona continuaban en él mientras que el otro grupo formado por 14 personas fue desembarcado en el Puerto de La luz por el Laura Cristina, sobre las 9 horas de domingo. Cuando casi culminaba su regreso, en la tarde del día 22, se volvió a reproducir el fuego en la zona de popa, con densa humareda y explosiones, notándose que cada vez el barco se calaba más por la popa, escorándose a estribor, por lo que se solicitó urgentemente el auxilio del remolcador local Tamarán que acudió a su encuentro sobre las 15 horas. Llegando a su costado nada pudo hacer, porque el hundimiento era irremediable por la cantidad de agua que estaba entrando por la popa a consecuencia de las explosiones. Al presagiar su inmediato hundimiento, el capitán con los tripulantes que estaban a bordo lo abandonaron definitivamente en un bote. En un principio quedó con la parte de proa fuera del agua como unos 20 metros, pero poco a poco se fue hundiendo hasta desaparecer bajo las aguas definitivamente a las 18 horas del domingo a unas cinco millas del Puerto de La Luz hacia el sur y a una milla de la costa frente a Bocabarranco, en las proximidades de la Potabilizadora en la localidad de Jinámar.
El valor del cargamento se estimó en unos 100 millones de pesetas, mientras que el valor del barco llegaba aproximadamente a los 300 millones de pesetas.
El pecio
El Arona convertido en pecio se encuentra sobre un fondo de arena a 36 metros de profundidad, descansando sobre el costado de estribor. Al haberse realizado trabajos de salvamento carece de hélice y otros elementos.
FUENTES: Los textos han sido extractados de fuentes hemerográficas. La foto y datos técnicos, gentileza de Eduardo Grandio
FUENTE: R.S.V.