ANTONIO HERRERA CASADO, CRONISTA OFICIAL DE GUADALAJARA EXPLICA QUE ES CASI IMPOSIBLE ESTABLECER LOS COMIENZOS HISTÓRICOS DE LAS ENTIDADES FOLKLÓRICAS
Los últimos días del año suelen ser un momento de reencuentros. Unas fechas en las que familiares y amigos vuelven a coincidir, después de meses de espera. En definitiva, una época de celebración, en la que las tradiciones tienen un papel fundamental. Y, en este contexto, la música ocupa un lugar muy importante. Los compases han de amenizar todo buen encuentro que se precie. ¿Se imaginan unas Ferias sin txarangas ni conciertos?
Imposible. ¿Y unas Navidades sin villancicos? Menos aún.
Por tanto, una de las costumbres más vigorosas durante estas semanas es la de las rondas. Pero, ¿en qué consiste dicha realidad? “Se trata de una agrupación espontánea de personas que se reúnen para hacer música por las calles y por las casas”, explica José Antonio Alonso, director del Centro de Cultura Tradicional de la Diputación de Guadalajara. “El propio nombre de «ronda» implica un cierto movimiento”, asegura.
Pero, ¿cuáles son los orígenes de las entidades mencionadas? “Es casi imposible de definir. Sus comienzos históricos se pierden en la noche de los tiempos”, asegura el cronista oficial de Guadalajata, Antonio Herrera Casado. “Es algo popular, por lo que su inicio es poco preciso. Nadie dijo un día: «vamos a fundar las rondas». Se trata de una realidad que se fue conformando a lo largo de los siglos”, subraya. “Estamos hablando de una tradición que ha pasado de generación en generación. Por tanto, no se conoce el momento en que se comenzó a hacer, pero –desde luego– fue hace muchos años”, describe Herrera.
En cualquier caso, esta agrupación –en Navidad– suele tener un predominio de la percusión. Y como su formación es espontánea, se utiliza “lo que se tiene a mano”. “Fundamentalmente, se emplean diversos cacharros de cocina, como tapas de cacerolas, almireces, calderos, cubiertos o sartenes”, relata José Antonio Alonso. A esto se añaden otros elementos tradicionales, como zambombas, sonajas, panderetas, garrotas con cascabeles, triángulos, panderos, botellas de anís o rabeles de vejiga.
– Pero, en Guadalajara, ¿existe una gran tradición musical navideña de la mano de rondas y rondallas?
– Así es. Y, además, es una de las provincias de España en las que más viva se encuentra esta costumbre –asegura el director del Centro de Cultura Tradicional de la Diputación–. Han proliferado los encuentros de música navideña, las rondas y la zambomba. E, incluso, hay muchos grupos que han realizado grabaciones, contribuyendo a hacer más populares estas composiciones.
Un ejemplo de ello ha sido la Ronda del Alamín, una de las más conocidas y antiguas de la capital. De hecho, aún hoy siguen en activo y realizan actuaciones en diversos lugares. Sin embargo, en este barrio existían varias agrupaciones de características similares. “Se juntaban por cuadrillas o por familias, e iban tocando por las viviendas”, explica José Antonio Alonso. Además, hay otros casos en la provincia que también han tenido un gran predicamento. Entre ellos, los grupos formados en Horche, Atanzón o Lupiana. “Todos ellos se encuentran en sus mejores momentos”, agrega el cronista provincial, Antonio Herrera Casado.
– En este sentido, ¿en qué fecha del periodo navideño suelen ser más habituales las rondas?
– Tradicionalmente, la fiesta de la Inmaculada marcaba el inicio de los ensayos, de bajar la zambomba del armario y de ponerse a cantar –rememora José Antonio Alonso–. Pero los días centrales de la actividad de dichas agrupaciones son las jornadas previas a la Nochebuena, al fin de año e, incluso, a las cenas empresa…
Antiguamente también tenían un gran predicamento durante la festividad de Reyes. Sin embargo, “parece que esta fecha está decayendo un poco en lo que a la música de ronda se refiere”, aseguran desde el Centro de Cultura Tradicional de la Diputación.
No obstante, en los últimos años están apareciendo nuevos grupos y rondallas que dedican un espacio a la temática navideña. Entre ellos, Las Colmenas, cuyos miembros también interpretan villancicos. Por una parte, los recogidos de forma oral y transmitidos de generación en generación. Y, por otra, aquellos que ya tenían una partitura y una letra. “Son piezas de autor”, asegura Isabel Nolasco, integrante de la mencionada banda.
Variedad de temas.
– En este sentido, los villancicos tradicionales de Guadalajara, ¿tienen especificidades propias o se enmarcan dentro de la tradición musical castellana?
– Este género musical ha viajado mucho –asegura Isabel Nolasco, de Las Colmenas–. La trashumancia ha permitido que nos encontremos las mismas letras en diferentes lugares de España, más allá de las actuales fronteras.
Por tanto, habría una continuidad en los villancicos de diferentes provincias. “Todas las composiciones se encuentran enmarcadas en un modelo castellano uniforme”, corrobora el cronista provincial, Antonio Herrera Casado. Sin embargo, sí que existen divergencias en algunos casos. “Las diferencias vendrían dadas por otros aspectos. En las zonas de montaña, por ejemplo, encontramos una serie de canciones y de danzas específicas, mientras que en los llanos contarían con unos rasgos diferentes”, explica Isabel Nolasco, de Las Colmenas.
Una de estas agrupaciones de sierra sería la Rondalla del Ocejón, domiciliada en diversos
municipios de la Arquitectura Negra. Reapareció hace un par de décadas después de que estuviera un tiempo sin actividad, debido al éxodo rural. Resurgió gracias a la iniciativa de un grupo de vecinos de la zona, entre los que se encontraba Marino Moreno, que contaba con conocimientos de música.
Un trabajo que dio sus frutos. “Volvimos a hacer las rondas festivas de Campillejo, Roblelacasa, El Espinar, Robleluengo y Majaelrayo”, confirma Octavio Mínguez, uno de los componentes de la mencionada agrupación. Incluso, llegaron a publicar un disco, en el que incluyeron diversos temas, como cantares de colmenas, de cuaresma o los que se interpretaban en la escuela para pedir el aguinaldo.
En este sentido, el grupo Wad-All-Hayara –que actuará el 29 de diciembre en la capital con motivo de las Navidades– también cuenta un completo repertorio. En el mismo destacan composiciones típicas de estas fechas, como los villancicos. “Entre ellos, algunos muy populares y tradicionales, como «Manolito chiquito», que es muy conocido en Guadalajara”, asegura Montse Luengo, presidenta de la asociación que da cobijo a la entidad.
Por tanto, y como se puede observar, la riqueza musical navideña de la provincia es enorme. Se entronca dentro del contexto cultural castellano. Pero, al mismo tiempo, cuenta con una gran diversidad en su interior. Sin embargo, el objetivo siempre es el mismo: amenizar las celebraciones que tienen lugar a lo largo de los últimos días del año. Porque: ¿qué mejor para iniciar una nueva anualidad que hacerlo entre amigos y con el acompañamiento de buena música? Julio Martínez.
Fuente: http://henaresaldia.com/navidad-musica-ronda/