POR BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA OFICIAL DE XIXONA (ALICANTE)
Apenas sabemos nada de Nicolás Verdú, excepto que es el nombre de una calle situada junto a la plaza de monjas.
Nicolás Verdú Sirvent nació en la vecina población de Muchamiel en 1818. Estudió magisterio consiguiendo el título de maestro el 24 de octubre de 1844. Seguramente su primer y único destino fue la escuela de primeras letras de Xixona, ya que en el Interrogatorio para formar la estadística de primera educación con arreglo a lo prevenido en la Real Orden del 12 de diciembre de 1844, cumplimentado a finales de 1844 o principios de 1845 ya aparece como el maestro de los chicos de la escuela de primeras letras, que posiblemente estaba situada en la iglesia vieja. En aquel momento permanecía soltero.
En el estadillo del año siguiente descubrimos que ya se había casado con Rafaela Planells o Planelles Monllor [1], nacida en 1825 en Alicante y también maestra de instrucción pública. Desconocemos si Rafaela tras casarse continuó con la docencia.
Además de su amplia labor docente se dedicó esporádicamente a la literatura, en concreto al periodismo. Así sabemos que fue autor del artículo titulado Jijona publicado en el periódico La Voz de Jijona y en que analiza, de forma pormenorizada, la situación de la ciudad.
Murió en nuestra ciudad el 26 de febrero de 1879. Noticia de dicho fallecimiento aparece en La Voz de Jijona del día siguiente, donde además de la esquela podemos leer un sentido comentario: “Ayer a las doce falleció, después de una larga y penosa enfermedad, el profesor de instrucción pública de esta ciudad D. Nicolás Verdú y Sirvent. Con decir que venía ejerciendo el magisterio en esta población por espacio de treinta y seis años será lo suficiente para que nuestros lectores comprendan lo sentida que habrá sido su muerte, pues la mayor parte de las personas que figuran en Jijona han sido sus discípulos. La redacción de La Voz de Jijona no puede menos de ser el fiel interprete de los sentimientos que a todos embargan y deplora tan sensible pérdida, acompañando a su familia en su justo dolor”.
Fue enterrado al día siguiente en el antiguo cementerio municipal de Xixona, situado al norte de la población detrás del convento de la Mare de Déu de l’Orito junto al camino de Alcoy.
El 29 de enero de 1879 había hecho testamento ante el notario local D. Vicente Sala Planelles. Nombró como albaceas testamentarios al párroco de Jijona, Joaquín Pla y a su sobrino Francisco Verdú Morant.
Tuvieron sólo un hijo al que llamaron Cándido. Nació el 4 de septiembre de 1852. Falleció joven, con 20 años, el 6 de agosto de 1872. Al no tener sucesor instituyó como heredera de todas sus propiedades a su esposa Rafaela y a su fallecimiento pasarían sus bienes a los sobrinos por ambas partes. Debido a sus profundas convicciones religiosas dejó para la redención de su alma “con un diario de misas rezadas a limosna de seis reales cada misa o sea una peseta cincuenta céntimos por una sola vez” y un entierro general. También hizo muestra de su caridad al dejar para los pobres el dinero que se consiga de la venta de su biblioteca particular.
Tras su fallecimiento sus albaceas testamentarios insertaron en el periódico La Voz de Jijona del día dos de marzo de 1879 el siguiente comentario: “que teniendo que proceder a la venta de la librería que fue de aquel señor (D. Nicolás Verdú), ésta se halla en casa de la viuda, a disposición del que quiera ir a ponerle precio a alguno de los libros que contiene”. Al no haber encontrado ninguna otra referencia sobre esta manda testamentaria pensamos que la biblioteca se vendió a uno o varios particulares mediante un acuerdo privado sin recurrir a los servicios del notario, pues en las actas notariales no hemos encontrado referencia alguna a esta operación económica.
Después de la venta de la librería y de la entrega de lo recaudado a los pobres el veintiséis de julio de 1879 el notario José Ruzafa se desplazó a la casa del matrimonio para realizar el inventario de los bienes quedados al fallecimiento de Nicolás Verdú. Estos se componían de ropas, alhajas y muebles de uso diario que fueron valoradas en doscientas pesetas y de un primer piso situado en la calle El Vall. El edificio es perfectamente identificable porque según la escritura sus lindes son: “por la parte inferior o debajo con casa horno de dichos herederos de don Antonio Aracil”. Esta descripción nos llevaría al solar de la calle El Vall nº 28 donde se conserva el horno de pan. El piso fue adquirido a Bruno Sirvent Picó el 16 de agosto de 1875.
NOTA:
[1] Tengo algunas dudas sobre este apellido, ya que en algunos documentos aparece como Planells y en otros como Planelles
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