ANTONIO DE LOS REYES, INVESTIGADOR Y CRONISTA OFICIAL DE MOLINA DE SEGURA (MURCIA) PRESENTA UN LIBRO SOBRE LA CATEDRAL MURCIANA POR ANTONIO BOTIAS SAUS
Atesora tan amplia bibliografía y distinciones Antonio de los Reyes, profesor y cronista oficial de Molina de Segura (Murcia) que enumerarlas impediría explicar a qué ha dedicado su última obra.
En esta ocasión, Antonio, quien también fuera corresponsal del diario ‘La Verdad’, ofrece a sus lectores un interesante trabajo de investigación titulado ‘La Catedral de Murcia’. Apuntes sobre su historia’.
Se trata de una amena e imprescindible aportación para adentrarse en uno de los símbolos arquitectónicos que definen a la capital de la Región.
El próximo miércoles día 26 de septiembre, a las 19.30 horas en el Museo Arqueólogo -entrada por el lateral-, será presentado el libro por la Academia Alfonso X el Sabio, de la que forma parte desde hace cuatro décadas, que pronto se escribe.
Su presentador será Juan González Castaño, director de la Academia y cronista Oficial de Mula (Murcia).
¿Qué ofrece este nuevo libro
-Antonio de los Reyes. Lo que hago es aunar los diferentes trabajos publicados básicamente en la revista ‘Murgetana’, de la Real Academia Alfonso X el Sabio de Murcia, desde el año 1966 hasta 2008. Fueron escritos coincidiendo con fechas más o menos señaladas del calendario catedralicio.
–¿Cree que los murcianos conocemos a fondo nuestra Catedral?
-Precisamente, el interés de los trabajos, en su tiempo y aún ahora, era dar a conocer aspectos puntuales de la historia catedralicia. Quizás todos no conozcamos a fondo ese templo, pero lo que es indiscutible es su amor por él. No hay murciano, de la capital y de la Región, que no sienta una fuerte emoción ante su presencia. Los actos religiosos celebrados allí tienen siempre importante y emotiva asistencia.
–Si tuviera que quedarse con un espacio de ella, ¿cuál elegiría?
-Contemplar el imafronte y sus detalles. La capilla de Los Vélez y la de Junterón, el trascoro, la sacristía, el retablo, el órgano… Lógicamente, todo se me hace interesante. Pero acaso me detengo más en el altar mayor, el retablo, la urna del rey… Los oficios religiosos con obispos, canónigos y sacerdotes y sus sermones, muchas veces singulares.
–¿Considera necesario difundir más la historia de la Catedral?
-Es necesario y a todos, de alguna manera, nos interesa. Prueba es esa corriente actual que busca propiedades eclesiásticas con fines recaudatorios. Si se reconociese a fondo el significado humano y espiritual de los templos, quizás se entendiese su respeto sin necesidad de fechas, ni relatos, ni dineros.
–¿En qué otros proyectos trabaja en la actualidad?
-Pese a mis años, tengo inquietudes publicistas. Mis colaboraciones con los cronistas, principalmente, llenan mis espacios vacíos, permitiéndome seguir en activo. Tengo en espera dos trabajos. Uno, sobre la historia, diría yo, oculta de la Murcia eterna. Y otra, la historia del periodismo murciano en manos de la Asociación de la Prensa. Deseo tener una vejez activa.
–¿De qué obras de las muchas que atesora se siente más orgulloso?
-Acaso mi proliferación de trabajos me impida señalar uno. Cada esfuerzo, cumplida su satisfacción publicitaria, ha pasado al rincón de los buenos recuerdos, porque el nuevo esfuerzo ocupaba todo el espacio necesario para poder salir con limpieza y sin mezclas. Aquí es donde radica mi versatilidad. Quizás la excepción está en este libro dedicado a la Catedral, como recapitulación.
–¿Qué supone para usted ser académico de Alfonso X?
-Una gran satisfacción. Me llegó, inesperadamente para mí, en 1977, cuando comenzaba a trabajar en los temas murcianos y molinenses, con abundante colaboraciones en periódicos y revistas especializadas. En ese año apareció mi Julián Romea de la mano de la Academia.
–¿Hay alguna aportación nueva o poco conocida de la Catedral?
-Indiscutiblemente. Es la figura situada en el exterior de la capilla de los Vélez. Es la de un gran obispo almeriense, Diego de Villalar, que al querer disponer, porque le correspondía, de las iglesias, capillas y diezmos de las tierras del marqués, los dos tuvieron una fuerte discusión en la que al Vélez se le fue la mano. El prelado lo excomulgó. La reacción burlesca del marqués fue simularlo saliendo a escondidas de la Catedral sostenido por el diablo que figura en la peana. También creo interesante las campanas de la torre y sus inscripciones. Antonio Botías Saus
Fuente: https://www.laverdad.es/murcia/murciano-sienta-fuerte-20180923003557-ntvo.html