POR DOMINGO QUIJADA GONZÁLEZ, CRONISTA OFICIAL DE NAVALMORAL DE LA MATA (CÁCERES)
Porque así será siempre para los moralos, ya que sólo tenemos una (aunque, como decía el otro día, en las “Campanas de Bureo” hay muchas más).
Esta mañana, cuando acompañaba a 75 niños y sus profesoras del C.P. Campo Arañuelo por ese entorno maravilloso, varios de los infantes me preguntaron el motivo de que se llamara así. Y, como puede que haya alguien más que lo ignore, comencemos por ahí.
Como cualquier geógrafo o geólogo sabe, no se trata de ninguna obra humana ni tiene referencia con cualquier poblamiento del pasado, sino que es un sencillo fenómeno físico de la naturaleza:
Recibe el nombre de piedra caballera cualquier roca granítica de tamaño grande que se apoya en el suelo, o sobre otra, con una base estrecha que le da un cierto aire de inestabilidad. O amontonamiento en vertical de piedras graníticas con aspecto inseguro.
Su origen se debe a la descomposición diferencial y posterior erosión del granito al cabo de millones de años, al quedar desprovista de los materiales más blandos que la rodeaban (arena, tierras, piedras menores, etc.). Son muy frecuentes en los berrocales (zonas donde predominan las piedras graníticas de formas más o menos redondeadas), tan habituales en parajes de Montehermoso, Malpartida de Cáceres, Plasencia, riberos de Valdehúncar o Peraleda de San Román, Peñaflor, Mesas de Ibor, la Vera, etc.).
Pero, centrándonos en la de Navalmoral de la Mata, coronando los Cerros entre los dos arroyos ayer mencionados (que intervinieron mucho en su modelación), siempre ha formado parte de la vida de sus vecinos, ya sea por la imagen placentera que ofrece su presencia desde abajo, las magníficas vistas de la localidad, llanos del Arañuelo o Gredos desde arriba, o bien por múltiples circunstancias.
¿Quién no ha subido a su vera, disfrutando con sus amigos, seres queridos o, simplemente, para hacer ejercicio o relajarse?
Al ubicarse en propiedad privada carece de un acceso apropiado, pero la juventud siempre se las ha ingeniado para ascender hasta arriba para acompañarla en su soledad cotidiana.
Y hasta tuvo protagonismo en épocas bélicas pasadas, al instalarse en ella puestos de vigilancia, para avisar si se acercaban aviones para bombardear Navalmoral (como de hecho lo hicieron el 16 de febrero de 1937).
Será una formación natural, no cabe la menor duda; pero para nosotros siempre será un elemento fundamental de nuestras vivencias. Y al variado folclore moralo no le pasó desapercibida por ello:
“Navalmoral de la Mata
es un pueblo de primera,
porque tiene por monumento
a la Piedra Caballera”.