POR JOSÉ PASCUAL MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PLIEGO (MURCIA)
Dicen que «las fiestas se conocen por sus vísperas». Nuestra villa de Pliego rejuvenece cuando su Patrona baja de su ermita a la iglesia de Santiago. Nuestra Señora de los Remedios bajó el domingo y hoy comienza la Novena para preparar su fiesta.
No siempre fue así. Antiguamente, era el pueblo el que subía nueve días, al alba, para participar en las misas de gozo. Incluso el día de la fiesta se celebraba la misa mayor en su ermita, donde acudían devotos de otros pueblos.
Me parece que, de la misma manera que baja a la iglesia, porque son más los que pueden acudir a la misa vespertina, también se acerca al corazón de los hijos que no tienen la suerte de estar estos días en Pliego, para atender sus necesidades y cobijarlos en brazos junto a su Hijo.
Yo quisiera ser estos días el pedestal de la Virgen, subirla alto para que todos crucen su mirada con la de la Madre. Igual que el resto del año me gusta ser el camarín custodiándola en su ermita.