NOTICIA QUE CITA A JOSÉ LUIS GÓMEZ BARCELÓ, CRONISTA OFICIAL DE CEUTA.
Es una de las avenidas que conecta el centro de la ciudad con el campo exterior. Sin embargo, Nuestra Señora de Otero no corresponde a ninguna advocación mariana, no hay una sola imagen con el nombre de esta Virgen. ¿Por qué, entonces, existe una calle con este nombre que suena a divinidad?
Cuando la documentación, la historia, el dato, el negro sobre blanco desaparecen o no han llegado, suele ser terreno propicio para el surgimiento de la leyenda. Ha ocurrido a lo largo de los tiempos en infinidad de ocasiones. Y Ceuta, desde luego, no se libra de ello.
Vayámonos al periodo comprendido entre 1416 y 1421. Los portugueses han conquistado Ceuta y los límites de la ciudad son mucho menores que en la actualidad. Que haya una zona con el nombre de «Puertas del Campo» no es una frivolidad ni un capricho de nadie. Cuenta la tradición que, en una especie de ronda extramuros, dos caballeros portugueses encuentran algo que les llama la atención: la talla de la Virgen de África. Incluso, en función de quien cuente la leyenda, dicen que la encuentran con un halo de luz rodeándola. No hay nadie a su alrededor, por lo que los lusos deciden trasladarla a la ciudad y ahí comienza la relación de Ceuta con la imagen de su patrona.
Este párrafo era la teoría más extendida hasta hace apenas un siglo. Recuerda el cronista oficial de la Ciudad, José Luis Gómez Barceló, que «hacia 1915, en Portugal comienza a prepararse el V Centenario de la Tomada de Ceuta. A nuestra ciudad llegan entonces miembros de una comisión lusa, que como regalo traen cierta documentación histórica». Entre ese legajo, uno que hace saltar por los aires esa teoría: la Virgen de África no apareció en el campo exterior por milagro ni por un misterioso traslado, sino como una donación de Enrique el Navegante a la recien cristianizada ciudad. La talla, de hecho, se encontraba en la capilla privada del monarca portugués.
El momento exacto en que la Virgen llega a Ceuta «es difícil de concretar. Hay cierta literatura que habla de que en 1418 ya hubo gente que visitó la Virgen de África. No sabemos si es real, un error de fechas o una licencia creativa», admite, como tampoco ha aparecido «ninguna documentación que confirme el momento exacto en que la talla de la Patrona salió de Portugal». También es un misterio el verdadero origen de la talla y, por supuesto, la identidad de aquellos dos caballeros que supuestamente realizaron el milagroso hallazgo.
Pero ¿qué tiene que ver la Virgen de África con el titular de este artículo?. Todo, y nada. Efectivamente, la advocación de Nuestra Señora de Otero no existe. Vayámonos ahora al diccionario de la Real Academia Española. Otero es «un cerro aislado que domina un llano». El mismo lugar en el que, según la leyenda primigenia, fue encontrada la talla de la Virgen. Tal vez, por tanto, la calle debería llamarse Avenida del Otero de Nuestra Señora. Un error de transcripción o una mala intención -nunca lo sabremos- acabó rotulando, por tanto, equivocadamente una de las calles más transitadas de nuestra ciudad.
FUENTE: http://ceutatv.com/art/47169/nuestra-senora-de-otero-la-virgen-que-no-existe