POR JOSÉ ORTIZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE MONTORO (CÓRDOBA)
El conocido barranco de Domingo de Lara, en la actualidad conformado por varias calles (Domingo de Lara, Paloma, Cordoneros y Ronda del poeta Manuel Terrín Benavides) fue desde tiempos antaños un lugar donde los muladares abundaban, donde el camino al barco se prolongaba y algunos ganados pastaban.
No obstante hay una curiosidad que pocos saben: existía en el siglo XVIII un bateador de oro. Este buscador de pepitas de oro pasaba muchas horas batiendo tierra del desaparecido arroyo encontrando algunas de ellas. No obstante en un Interrogatorio Nacional de 1792, nos indica el vicario de Montoro que aunque se encontraban en tiempos pasados, ya hacía muchos años que no aparecía ninguna.