POR JOSÉ ORTIZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE MONTORO (CÓRDOBA)
Esta calle es una de las más antiguas en cuanto a preservar un nombre propio desde sus orígenes. Este se debe a un montoreño que en el siglo XVIII llegó a desempeñar el cargo de Obispo en Tortosa entre 1720 – 1757.
Bartolomé Camacho Madueño nace en nuestra localidad en 1693 en el seno de una familia privilegiada y noble cuyos padres fueron don Pedro Camacho, Señor del despoblado de Hardales del Rio, y de María de Notario y Rojas. Tenía dos hermanos, Catalina y Antonio el cual se erige con el linaje que fundará el condado del Robledo de Cardeña según nos cuenta el historiador del siglo XVIII Antonio Ramos en su «Descripción genealógica de la casa de Aguayo».
Estudió en la Universidad de Salamanca y en el Colegio Mayor de Cuenca hasta 1710 donde termina su doctorado en Teología. Poco tiempo después es elegido Canónigo Lectoral de la Catedral de Palencia y en 1718 el rey Felipe V lo designa como Obispo de Tortosa, perteneciente a la diócesis de Tarragona. Aunque su obispado no comienza a contar hasta 1720 momento en el que nuestro montoreño toma posesión de su puesto.
Durante su mandato se realizaron seis concilios provinciales en 1722, 1727, 1733, 1738, 1745 y 1752, asistiendo personalmente a los cinco primeros y el último mediante designación de un mandatario. Y entre otras cosas y a modo de anécdota diremos que fue el que estableció el patronazgo de San Blas en Castellón de la Plana.
Aunque en 1749 intentan nombrarlo Obispo de Palencia, éste renuncia por estar perfectamente establecido en Tortosa.
El 1 de abril de 1757 muere en esta población, siendo enterrado entre la capilla de la Virgen de la Cinta y el batispterio.
Esta calle a su vez fue conocida también como Subida del Castillo, tema que tocaremos en otra ocasión más adelante.