POR JOSÉ ORTIZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE MONTORO (CÓRDOBA)

Hoy traemos una calle, no de las más modernas pero si relativamente reciente, que se realizó para sustituir los albergues provisionales que se levantaron en los años sesenta en Montoro apra acoger a familias desfavorecidas. A fines de los años ochenta se levantó esta nueva manzana de casas que vieno a sustituir las Casitas Portatiles, haciéndose esta nueva barriada de casas linde con calle Villafranca.

La fotografía en cuestión se encuentra custodiada en los fondos del Archivo Municipal de Montoro, fruto de donaciones de personas que quieren que dichas fotos se conserven en el mismo para siempre y puedan ser estudiadas o admiradas por el resto de vecinos y futuros habitantes.

Desde tiempos antiguos el emplazamiento donde se halla esta vía pública se había dedicado al resguardo de cereal, por lo que en el siglo XV y XVI se habla repetidas veces de los silos que existían en este lugar, con perfectas descripciones de lo resguardado, lo que se mermaba tanto por la humedad o el agua, así como lo útil para panaderos.
Han sido muchos los silos o «cuevas» que se han encontrado por este lugar, además de galerías de agua como la que se encontró en la entrada de la calle Músico Juan Mohedo Canales, al realizar una casa que hace esquina con la misma en Bartolomé Benítez Romero en torno a 1988.

El nombre le viene dado por el alcalde de Montoro Diego Olaya Pavón, el cual fue asesinado en los primeros días de la Guerra Civil Española en Córdoba, mediante llamada del Gobernador Civil de la plaza militar, donde fueron reunidos muchos alcaldes que cayeron víctimas de los ataques. El nombre fue aprobado en pleno municipal para homenajear a este edil, además de otro que fue Francisco Ruiz Olaya, el cual tiene vía pública en las traseras de la Avenida Doctor Fleming. Éste último fue éste el que se hizo cargo de la localidad casi por la fuerza del Comité del Frente Popular que, una vez muerto por el asalto de la sede del Gobierno Civil de Córdoba del alcalde Olaya Pavón, aceptó rápidamente el nombramiento designado por los desmanes que estaban ocurriendo en la localidad.

Desde este lugar se puede ver la bella estampa fotográfica y poco conocida de las laderas de Rosero, la Breña y las huertas, así como una panorámica excepcional de la Alcaparra.