POR JOSÉ ORTIZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE MONTORO (CÓRDOBA)
Uno de los departamentos que tenemos la suerte de contar en la localidad es con la existencia de un archivo general, donde una de su parte se dedica a la custodia de su parte histórica.
Con ella podemos escribir y reescribir la historia quitando elementos que se añadieron por imaginación, o dando validez a algunas hipótesis que se formaron en su día por investigadores y que precisaban de la confirmación documental, que en muchas ocasiones es de forma casual o fortuita.
Este archivo puede ser visitado por cualquier montoreño, donde muchos se acercan para recomponer por ejemplo sus árboles genealógicos pese a la desaparición de muchos legajos de esta serie documental por venta de papel viejo en 1943.
La conservación del archivo fue hasta los años ochenta más casual que otra cosa, ya que el mismo llevaba años depositado en los sótanos húmedos del Hospital de Jesús Nazareno, donde muchos papeles fueron pasto de roedores, podredumbre de humedad, y robos de documentos, por las huellas dejadas de cuchillas en algunos legajos.
De la misma forma tenemos multitud de faltas de documentación fotográfica, ya que a fines de los años sesenta y principios de los setenta se llevó a cabo un importante reportaje fotográfico de las calles de la localidad que desapareció, sin saber en que casa, lugar o propiedad andan las imágenes, aunque todas deben de tener el sello del Ayuntamiento de Montoro.