POR JOSÉ ORTIZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE MONTORO (CÓRDOBA)
Hoy traemos al presente una imagen del Camarín de Nuestra Señora de la Fuensanta del Valle de Corcomé de Montoro, la cual me ha facilitado por correo electrónico (cronista@montoro.es) nuestro paisano Juan Madueño.
El origen de esta advocación hunde sus raíces a fines del siglo XV o inicios del siglo XVI, debido a la aparición de Nuestra Señora a un vaquero de la villa de Marmolejo, del cual desconocemos incluso el nombre cuya teoría es defendida por Criado Hoyo y por el Padre Beltrán. No obstante, por otro lado Ramírez de Arellano nos habla de la aparición de una imagen escondida en la sierra durante la dominación musulmana.
Sea cual sea, sin duda alguna esta manifestación entronca perfectamente con las apariciones marianas de fines de la edad Media, y de los inicios de la época moderna. A su vez coincide con el fortalecimiento de la advocación a la Virgen de la Fuensanta desde el pontificado, no solamente en Montoro, si no en todos los lugares del ámbito nacional. En Córdoba por ejemplo ya aparece esta devoción en la primera mitad del siglo XV.
A modo de curiosidad diremos que existen en el AHPCo contratos de arrendamiento de tierras de la zona de Corcome, llamados de la Fuente Santa donde acudían sanadores en el siglo XVI. El manantial en cuestión se encontraba lindando con la pared del camarín donde se encuentra situada la Virgen, por la parte baja, saliendo por la cancela del patio de antesala a la ermita saliendo el agua por la cabeza de un león o algo parecido, de donde manaba el agua.
El nombre de Veleras viene dado por la costumbre de alumbrar por parte de los romeros, desde su salida de Montoro al alba hasta la llegada a la ermita de la Fuensanta con velas a través de los caminos y procesión en el Valle, nombre que emerge por lo tanto por estas personas que portaban los cirios.