POR JOSÉ ORTIZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE MONTORO (CÓRDOBA)
Hoy traemos una fotografía sobradamente conocida por todo montoreño en su Semana Santa, gracias a la familia Meroño Pérez que conserva su original de 1896.
La fotografía en cuestión se halla realizada en el poyato de San Jacinto, también conocido como Portichuelo, debido que hasta el siglo XVII en este lugar se encontraba una puerta de salida de la ciudad a los arrabales (ubicados en la calle Córdoba y Domingo de Lara) y la ermita de San Sebastián.
En este lugar Nuestro Padre Jesús y las imágenes de Semana Santa se detenían y rendían pleitesía a la Hermandad del Rosario del Entierro de pobres, ya que en este lugar se guardaba un féretro, unas angarillas o camillas y los hábitos necesarios para hacer un entierro digno.
Por esta razón, y habida cuenta de que al pasar bajo el arco de salida las imágenes provocarían una especie de tapón, en este lugar se detenía el Nazareno, los Santos Varones, el canto del Miserere, figuras bíblicas y otros muchos pasos con motivo de esta rogatoria.
La importancia del horario solar de la cofradía de Padre Jesús recae en esto, en que debe de estar en este sitio a una hora concreta para que el sol le de en el rostro.