Tener un lugar donde refugiarse y convivir ha sido una necesidad vital del ser humano a lo largo de su devenir. Disfrutar de una vivienda en propiedad, además de ser un derecho constitucional, ha sido una de nuestras aspiraciones. Muchos de nuestros abuelos y padres pudieron tener una vivienda sin hipotecar su vida, sabían que trabajando podían conseguirla; en nuestra generación, la de los sesenta, hemos podido conseguir la vivienda hipotecándonos o incluso, heredándola de nuestros padres; pero la mayoría de nuestros hijos saben que tendrán serias dificultades en adquirir una vivienda en propiedad. La movilidad laboral ha hecho que nuestros jóvenes tengan que desplazarse a las grandes ciudades, donde los precios de la propiedad y el alquiler son inasumibles, en la mayoría de los casos. Una alternativa a las viviendas tradicionales son los cohousing senior, comunidades de viviendas colaborativas en las que un grupo de personas mayores, con algún tipo de relación, se agrupa, a través de una cooperativa, para convivir, disfrutando de la intimidad que le proporcionan sus apartamentos y compartiendo espacios comunes. Precisamente, en la provincia de Jaén y más concretamente en Frailes, se ha realizado un proyecto pionero de viviendas colaborativas, recientemente abierto, que puede servir de ejemplo para otras localidades y que se fundamenta en tres pilares: alojamiento, restauración y balneario, este último aún no operativo.