POR JOSÉ LUIS ARAGÓN PANÉS, CRONISTA OFICIAL DE CHICLANA DE LA FRONTERA (CÁDIZ)
El pasado miércoles 20 de diciembre falleció don Blas el médico, don Blas el pediatra. Durante más de cuarenta años ejerció su profesión con la dignidad, el humanismo, la sapiencia y la pericia que requiere el ejercicio de quienes nos hemos dedicado a la salud de los demás. Él ha sido ejemplo en muchos aspectos de la vida como médico, profesor de instituto, hombre emprendedor y, sobre todo, un alma noble. Jamás rehusó atender a un paciente, siempre dispuesto a colaborar, adaptándose a los cambios que vinieron a finales de los ochenta y noventa. Se jubiló finalizando el siglo, en el 2000, y aún hoy le recuerdan muchos chiclaneros y chiclaneras.
Le conocí como pediatra en el antiguo ambulatorio Jesús Nazareno en 1973, y puedo decir sin ambages, que fue un médico comprometido de principio a fin con su labor sanitaria, tanto dentro como fuera de la consulta, también como médico generalista. Su consulta de pediatría en la planta baja siempre estaba llena de niños, niñas, y sus madres, que estos días, a buen seguro, le van a recordar con el mismo cariño que él demostró a los más pequeños.
Al margen de nuestra atención a los pacientes en el Centro de Salud Chiclana-El Lugar coincidíamos fuera del centro haciendo equipo en algunos de los campeonatos de motocross en el circuito de La Salle. Y en el Chiclana C. F., él como médico oficial y yo como enfermero. Más tarde, en temas culturales, formamos parte de la junta directiva de nuestro Ateneo, del que fue fundador y vicepresidente. Rechazó ser presidente tras el fallecimiento de Dionisio Montero, y dio paso a los más jóvenes. Discretamente se fue retirando de la actividad pública, pero siguió atento a la vida social de su querida Chiclana. En el año 2014 el Ayuntamiento le concedió la insignia de Oro de Sancti Petri por toda una vida dedicada a dar salud a sus convecinos.
Desde estas líneas nuestro más sincero pésame a su esposa Carmen, sus hijos Blas, María del Carmen y Pablo, a sus nietos y a su familia. Descanse en paz, don Blas.