POR JOSÉ ANTONIO RAMOS RUBIO, CRONISTA OFICIAL DE TRUJILLO (CÁCERES)
En colección antigua de Cáceres, he localizado una obra inédita del pintor José de Páez, con taller establecido en México.
San Pedro, primer Papa de la Iglesia, aparece con dos llaves, una dorada y otra plateada que simbolizan la acción de abrir y cerrar el Reino de los Cielos, refiriéndose al poder que tiene el santo de absolver los pecados y de excomulgar. Aparece vestido con túnica azul y un manto ocre y dirige la mirada al cielo, parece recibir la luz divina desde la parte superior de la composición y sus ojos están vidriosos, pudiendo hacer referencia a la iconografía de las Lágrimas de San Pedro, un episodio narrado en la Biblia donde el santo, tras haber negado a Cristo en tres ocasiones, derramó sus lágrimas con el canto del gallo. Las artes se inspiraron con frecuencia en la persona de Pedro. Su llamado al seguimiento de Jesús de Nazaret, la entrega a él de las llaves del Reino de los Cielos, el lavatorio de los pies durante la Última Cena, sus negaciones durante la pasión de Jesucristo y su martirio en Roma son algunos de los motivos más representados. Se lo caracteriza iconográficamente con las llaves que simbolizan el reino de Dios, el gallo que recuerda sus negaciones, la cruz que es emblema de su martirio, el báculo que se le atribuye como pastor, y también el pez, símbolo de la promesa de Jesús de Nazaret de hacerlo «pescador de hombres».
José de Páez (Ciudad de México, 1727 – c. 1780) es uno de los artistas más reconocidos en el ámbito de la pintura culta del siglo XVIII en la capital del virreinato fue José de Páez, que pintó obras de gran calidad pero que han sido aun menos estudiadas que las de Miguel Cabrera, por lo que poco se sabe del pintor. Este artífice tiene una gran producción que se ha supuesto tanto local como de importación a otros virreinatos e incluso en España, como cuando realizó varias series de pinturas de mestizaje que mostraban el resultado de la unión de distintas castas y razas en la Nueva España. Aunque los datos sobre su formación son escasos, se ha supuesto que pudo ser al lado del pintor Nicolás Enríquez, porque el padre de Páez fue testigo de un matrimonio al lado de dicho artífice cuando José tendría cerca de 11 años. [1]
Páez fue un pintor muy prolífico perteneciente a la generación posterior a Miguel Cabrera, que realizó excelentes retratos y pinturas de castas, así como composiciones religiosas que fueron en tamaño desde los escudos de monja hasta telas enormes que cubrían paredes enteras. Aunque sus obras están esparcidas en iglesias a través de México y Perú, parecería que su taller en la ciudad de México exportó mucha de su producción.
NOTA:
1. Dra. Paula Mues Orts en Historia del Arte por la UNAM (Museo del Amparo, México)