EL CRONISTA OFICIAL QUE FUERA DE LA CIUDAD MÁXIMO CAYÓN WALDALISO DECÍA QUE «LA RAZÓN DE LAS FIESTAS ERA EL INTERÉS DEL PUEBLO DE LEÓN
Ocho manifestaciones populares se han incorporado este lunes al grupo representativo del Interés Turístico Provincial.
Así son cada una de las celebraciones en palabras del estudioso David Gustavo López.
Feria del Pimiento Morrón de Fresno de la Vega. Ensalza y promueve un producto singular que, a su vez, es el que otorga singularidad a la feria: un pimiento que cuenta con la Indicación Geográfica Protegida “Pimiento de Fresno-Benavente”. Y acompañan a la Feria múltiples manifestaciones culturales: música, exposición de trajes tradicionales, fotografías, etc. Todo ello avalado por la asistencia anual de miles de visitantes.
Procesión de los Amortajados en Quintana de Fuseros. Es ya una reliquia. Es el último recuerdo de una costumbre que de antiguo era frecuente: agradecer a un santo de devoción, mediante manifestaciones públicas, el haber sobrevivido a una enfermedad o a un accidente mortal de necesidad. Los “ofrecidos”, hombres y mujeres, en este caso acompañan al Cristo de la Cabaña vistiendo la ropa que simboliza la mortaja que les hubieran puesto en caso de haber fallecido.
Tradición centenaria, mantenida por una antigua cofradía y vivida con profunda devoción, única en León y casi en España.
Fiesta del Agua en Molinaseca. Es celebrada a las ocho de la mañana de cada 17 de agosto, con motivo de las fiestas patronales. Chocolatada y, acto seguido, apertura de la compuerta del río Meruelo para que sus aguas inunden la Calle Real y todo se convierta en una batalla campal con chapuzón asegurado.
Ritual único en la provincia, de antigüedad a la que no alcanzan las memorias de los mayores y con posible origen en los baldeos que se hacían en las calles cuando llegaba la fiesta patronal.
Romería de la virgen del Castro en Castrotierra. Única, no solo en España sino en el mundo. Arranca del santuario de la Virgen del Castro, en Castrotierra de la Valduerna, pero nadie puede atribuirse título de propiedad. Es la gran romería de la Valduerna, del Órbigo, del Tuerto, del Jamuz, de la Maragatería, del Páramo…
Todos juntos, cada pueblo con sus insignias, el pendón del concejo y la cruz parroquial, conformando una interminable marcha de peregrinos que, por la Calzada de Nuestra Señora, caminan veinte kilómetros hasta Astorga, acompañando a la Virgen del Castro, entre músicas de dulzainas, de chifla y tamboril y de gaitas, para pedir la lluvia.
Dicen que la tradición viene del siglo V, de cuando Santo Toribio hizo un milagro y acabó con una sequía que les había condenado a la hambruna.
El primer documento escrito, no tan madrugador, se conserva en Astorga y sitúa la peregrinación en 1557, que ya es bastante, aunque el rito pueda ser anterior.
Concurso-Exposición de Ganado Caballar Hispano-Bretón en San Emiliano. Tiene la singularidad de ser un concurso específico y muy limitado en España para esta raza casi autóctona, creada para el trabajo duro en la agricultura de montaña, hallándose ya muy diezmada y solo mantenida en la Cordillera Cantábrica y el Pirineo.
La singularidad del evento -solo hay certámenes similares en Puigcerdá (Gerona), Biescas (Huesca), Reinosa (Santander), Soncillo (Burgos) y San Salvador de Cantamuda (Palencia)-, la perfecta organización del mismo, la belleza y pulcritud de los animales presentados, y los muchos centenares de personas asistentes son características que han influido en la declaración.
Festividad de San Jorge en San Esteban de Nogales. Es una vieja conocida que ya figuraba en la antología de fiestas de la provincia de León. Su puente sobre el Eria, construido cada año para el paso de la procesión, sus rituales alrededor de la ermita y su paloteo bailado por danzantes de blanca faldilla y camisas plisadas la hacen única.
Lástima que la despoblación rural y la frecuente ausencia de estos últimos la estén poniendo en peligro. Esperemos que esta distinción dé ánimo a sus protagonistas.
Viernes Santo en Valencia de Don Juan. La fuerza que la Semana Santa está tomando en toda la provincia se hace especialmente patente en la capital coyantina. Las dos procesiones tradicionales del Viernes (Encuentro y Santo Entierro), coordinadas por dos cofradías que las mejoran cada año, la buena organización, la emotividad que provoca la música de sus bandas y los seis pasos del Entierro, a hombros de hasta cincuenta braceros bien acompasados, con imágenes cuya antigüedad oscila entre los siglos XV y XX, que son obras maestras, han sido las claves de la distinción alcanzada.
Festividad de la Virgen de la Alegría, en León. Mantenida de forma continuada desde 1578, aunque posiblemente se celebrase desde la edad Media. Está vinculada a la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad, que ya en su normativa fundacional asume el compromiso de organizar la fiesta.
El cronista oficial de la ciudad Máximo Cayón Waldaliso decía que la razón de la fiesta era “el interés del pueblo de León en ver a la Virgen el día de mayor gozo, la Pascua de Pentecostés, después de haber contemplado su gran sufrimiento en Viernes Santo”.
Y en ello basa su singularidad una fiesta que incluye misa en la iglesia de santa Nonia, procesión, música tradicional y “cambio de varas” del abad de la Cofradía. Pediríamos a la cofradía promotora una mayor difusión de la fiesta, aunque no es necesario llegar a los fastos, incluso con corrida de toros, que se documentan allá por 1614.
Fuente: http://www.leonoticias.com/comarcas/ocho-manifestaciones-leonesas-20180305170825-nt.html