POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Cuando uno llega a mi edad y presume de «leído y escribido» piensa que ya nada puede sorprenderle. ¡Vaya! , que cree haberlo visto todo, incluso lo más insospechado y hasta increíble.
¡Ya está «el Fidalgo» con sus chorradas! , solían comentar mis alumnos «por lo bajini» cuando, para relajar el ambiente, les contaba alguna cosa en clase.
Porque, ¿era creíble que yo hubiera visto en persona a la reina Victoria Eugenia, esposa que fue de don Alfonso XIII, si para ellos era un personaje de la época de los Reyes Católicos?
¡Pues la vi en Madrid, en Barajas, cuando vino a bautizar a su ahijado el hoy rey Felipe VI!
Pues, amigos lectores, ayer vi, observé y contemplé (y «fotié» para ustedes) un bogavante (bugre, llubricante, llobicante, llocantu o llocántaru) de los de acá del Mar del Norte que era y es «blanco, blanquísimo, especial de análisis».
En Asturias llamamos llobicante al bogavante, que es palabra derivada del latín «lupicantharus», que significa «escarabajo con grandes tenazas».
Nuestros llobicantes del Cantábrico y sus parientes vecinos del Mar del Norte, muy abundantes en nuestros mercados, tienen un color de cuerpo negro-azulado en el dorso (en casos con algunas manchas violetas y rojizas) y amarillento en la parte ventral. Sus pizas redondeadas y un si es no es aplanadas. Los estudiosos los denominan Homarus gammarus L.
¿Qué vamos a decir de su carne?
Calificarla como exquisita es quedarse cortos. Diremos, hablando en mínimos, que es EXQUISITA CUM LAUDE.
¡Ah! ¡No! No me pregunten ahora por el bogavante del Canadá, el Homarus americanus Milne-Edwards, porque no voy a entrar en ese asunto.
Seguimos, pues, con mi hallazgo-sorpresa.
Todo sucedió en el RESTAURANTE VISTA ALEGRE, en la misma playa colunguesa de La Griega. Restaurante que acredita su muy buen hacer con el galardón de LA MEJOR FABADA DEL MUNDO y con la especial sabiduría de elaborar unos ARROCES CON BUGRE EN PAELLA que llaman la atención de su amplia y variada clientela.
Y allí, en el acuario del restaurante, luciendo su uniforme de caparazón blanco, está nuestro sorprendente ejemplar de bugre: del Norte.
Ana y Cristina, responsables de la gerencia del establecimiento, lo llaman «el albino» y es el mascota del acuario. Yo, si ustedes me permiten, lo bautizaré como HOMARUS GAMMARUS, var. ALBUS, subvar. COLUNGUENSIS.
Queda guapo, ¿verdad?
¿Cómo preparar un arroz con bugre en paella?
No me pidan la receta porque «cada maestrillo tiene su librillo».
En el VISTA ALEGRE, playa de La Griega, no pidan la fórmula, decídanse por disfrutar del plato ya preparado.
Y contemplen el Homarus gammarus L, var. albus, subvar, colunguensis.