POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

Mis buenos amigos gallegos; ella, Teresa Amado alma mater del añorado Mesón do Albariño, en Sanxenxo; y él, Elías Berreiro, su esposo, alma pater del prestigiado Albariño Da Oca, me piden que, ya que estamos en días de Antroido, Entroido, Antroxu…recordemos algunas dulcerías también muy típicas de estos días… y algún cuentín «pa con elles».

Me refieren, por ejemplo, las ORELLAS DE FRADE, las FOLLAS DE LIMÓN, las FROLES DE SARTÉN…

Las ORELLAS DE FRADE, u ORELLAS DE ANTROIDO, tienen, en opinión de Cipriano Torre Enciso en «Cocina Gallega Enxebre» (Madrid 1982), un claro origen monacal gallego.

Pero, ¿por qué orejas de fraile?

Cabe suponer que curas, frailes y monjes pasaban horas y horas de confesonario atendiendo a gentes pecadoras y soportando narraciones pecaminosas de «guarradas españolas».

Eran murmullos en voz muy baja tras la espesa rejilla del confesonario y el confesor debía «poner la oreja» con suma atención si quería enterarse de aqueste u otro pecado.

Una oreja que «oiga bien» debe ser grande, cóncava y con varias circunvoluciones para captar en calidad las ondas sonoras para dirigirlas hacia el tímpano…

Así son las orejas que freiremos en carnaval

¡Ah! ¿Saben una cosa?

Estas OREJAS, al igual que las HOJAS DE LIMÓN, también se elaboran en tierras asturianas del occidente.

Más aún, y hasta son típicas en tierras pacenses de Monterrubio de la Serena.

¡Qué cosas!

Les cuento más.

Salas es municipio asturiano enclavado en la zona centro-occidental. Tiene, como toda esa comarca, una gran vinculación vaqueira y hace gala de esas comidas tan sencillas y singulares que los vaqueiros preparaban en sus brañas de montaña. En Salas, y más concretamente en la parroquia de Malleza, está (mejor estaba) a unos 600 m de altura BRAÑAIVENTE; una braña donde mi amigo PAULINO LORENCES, aprendió una receta y, ahora, en su «CHIGRÏN» de Malleza, la repite para preparar unos exquisitos LAZOS cuya «materia prima» es la misma de la de las ORELLAS.

Así prepararemos la «masa»:

En un cuenco grande con agua templada y un poco de sal echamos harina de trigo hasta conseguir una masa blanda y bien gramada. Después se le añaden dos huevos, un poco de mantequilla ya reblandecido, levadura y, si gusta, una copita de anís. Se sigue el amasado para conseguir una masa compacta y homogénea.

A.- Para las ORELLAS.

Se extienden porciones de esta masa con el rollo para formar una lámina fina. Se cortan piezas rectangulares al gusto y fríen en abundante aceite muy caliente. Han de resultar retorcidas y como con pliegues. Ya en su punto de dorado, se sacan, escurren y espolvorean con azúcar.

B.-Para los LAZOS.

Hágase como para las orejas; pero, en este caso, córtense tiras largas y estrechas. Frían en aceite y espolvoreen con azúcar.