POR JOSE APARICIO PEREZ. ACADEMICO SECRETARIO DE LA RACV Y DIRECTOR DE LA SERIE
Las lenguas no nacen de la noche a la mañana, ni por “generación espontánea”, concepto que utilizan todos los que se dedican a investigar el origen, desarrollo y evolución o creación de las especies, tanto del Reino Vegetal como del Reino Animal.
Los orígenes de las lenguas son prehistóricos, de tal manera que, con bastante seguridad, podemos afirmar que las eurasiáticas pudieron empezar su andadura con los neandertales que ya disponIan de los elementos anatómicos para producir sonidos que, al combinarse con los gruñidos forman las palabras y ,consecuentemente LA LENGUA
En este caso se encuentra la Lengua Valenciana que, sin duda, hunde sus más profundas raíces en la más profunda prehistoria valenciana y dado que el Reino de Valencia, hoy burocráticamente, Comunidad, estuvo intensamente poblada en época neandertal, como toda Europa desde hace unos trescientos mil años,podemos aceptar esta fecha como el inicio de LA LENGUA, DESPUES LAS LENGUAS O IDIOMAS EN TODA EURASIA, nombre con el que se conoce a todo e territorio desde Gibraltar la India y Siberia grosso modo.
Entre las lenguas que derivan del prehistórico indoeuropeo, que según algunos investigadores llegó al occidente mediterráneo y europeo con la cultura neolítica, no se encuentra ni la vasca ni la ibérica, cuyo origen pre-indoeuropeo es incuestionable, lo que invalida toda posibilidad de que el Neolítico llegara a nuestras tierras a caballo de una invasión humana, confirmando, en todo caso, la simple aculturación por circulación de tecnología y productos en todas direcciones.
Los valencianos podemos sentirnos orgullosos de conocer nuestra primera lengua escrita, la Lengua Ibérica, cuyos textos más antiguos se remontan a los siglos V-IV a. de Cristo.
A diferencia de la Lengua Vasca, coetánea, anepígrafa en sus orígenes, de la Ibérica tenemos más de mil textos o trozos de ellos.
Desgraciadamente, aunque la podemos transcribir con ayuda del alfabeto latino por conocer la mayor parte de sus equivalencias, su traducción todavía no es posible; tras su transcripción los textos resultantes son ininteligibles.
Por ello no debe extrañar los constantes esfuerzos que, desde la Diputación Provincial de Valencia, a través de la Sección de Estudios Ibéricos “D. Fletcher Valls” de la Real Academia de Cultura Valenciana, fundación pública de aquélla y de la Sección de Estudios Arqueológicos Valencianos-SEAV de la propia Diputación, se realizan para conseguir la clave que nos permita lectura y traducción total.
Los esfuerzos desplegados por ambas secciones, que tienen su máximo exponente en la organización de los anuales Seminarios de Lenguas y Epigrafía Antiguas, y la publicación consecuente Elea, no tienen otra finalidad.
Recogemos en eL número 10 de Elea un trabajo del Dr. X. Ballester que no se presentó a ninguno de los seminarios, que lo hizo el ilustre catedrático para el merecido homenaje que se le tributó al Dr. Badía i Margarit, cuya laboriosidad ha sido incuestionable y que debiera ser ejemplo para todos los investigadores, aunque a veces sus arriesgadas o precipitadas interpretaciones no hayan alcanzado la misma consideración.
Es evidente que el latín influyó decisivamente en la sustitución lingüística que tuvo lugar a partir del siglo segundo antes de nuestra era en el territorio ibérico valenciano, tras la conquista romana y nuestra plena incorporación al nuevo orden mediterráneo que se impuso a través de la primera globalización conocida.
Pero no es menos evidente que la sustitución no fue total. Y si esto se creía por simple intuición, tras la obra del Dr. Xaverio Ballester los argumentos lingüísticos que avalan esta creencia, fundamentándola, son ya incuestionables.
Durante muchos años, la mayor parte de los valencianos creyó firmemente en la personalidad e identidad de su propia lengua, el Idioma Valenciano, pero, salvo aportaciones rigurosas del Dr. Penyarroja, el resto no terminaba de ser asumido por la Comunidad Científica independiente y no cautiva, tanto la externa como la interna. Ni que decir tiene que la comprometida con otra lengua, otra cultura e, incluso, otra etnia, pretende ignorar cualquier aportación, por rigurosa que sea y fundamentada que esté.
Es por ello la singular batalla que desde casi medio siglo el Pueblo Valenciano, desde la calle fundamentalmente y desde las aulas en menor medida, viene librando en defensa de su Lengua e, incluso, de su Historia y Cultura. A la defección interna, tanto académica como política, hemos de achacar la mayor responsabilidad.
La obra del Dr. Ballester es del mayor nivel académico, como lo son las de la Sección de la Real Academia de Cultura Valenciana que la acoge, respondiendo a los fines de la misma, y lejos de las reiteradas y monótonas aportaciones de más baja escala aunque, aparentemente, suficientes para determinados niveles de comprensión. El Dr. Ballester quiso que se tradujera a la Lengua Valenciana, lo que se hizo desde los servicios de traducción de la propia Real Academia. Ejemplo de coherente compromiso con su pueblo y con su lengua la del Catedrático de Filología Griega y Latina de nuestra universidad.
Esperamos que sea acogida como merece y que produzca los frutos a que la integridad científica obliga. Al tiempo que, los que luchan por sustituirla con fines políticos por la lengua de otro pueblo, en parte manipulada, reconozcan se error
JOSE APARICIO PEREZ. ACADEMICO SECRETARIO DE LA RACV Y DIRECTOR DE LA SERIE
FUENTE: RACV