POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
A principios del siglo XVIII llegó a mi localidad de Ulea, una familia comandada por un tal Francisco España (1), procedente del vecino pueblo de Oxós, actual Ojós, cuyo oficio en un principio, era el de limpiadores de palmeras. Con posterioridad, a los dos años, procedentes igualmente de Ojós, llegó otra familia comandada por Antonio Bermejo. Ambos tenían hijos pequeños y, una vez asentados, de forma definitiva en el pueblo, emparentaron entre ellos.
Ambas familias trabajaban en el oficio de palmeros y, arraigaron en el municipio hasta nuestros días. Francisco España llegó en el año 1714 y, tras asentarse de forma definitiva en la Villa, adquirió una casa y unas tierras de labrantío; que se refrendan en el Libro de Asientos de Cargos de todos los vecinos que tienen pertenencias en territorio, en el año 1743, en la Sección de Hacienda, con el nº 3879; del Libro Real de Seculares, en el que estaban inscritos todos cuantos tenían propiedades en el término municipal, tales como tierras, casas, molinos o artefactos; sujetos a pagos de renta y otros derechos pertenecientes al Estado Secular.
Todas las fincas reales de Francisco España, igual que las de los demás propietarios, se verificaron como existentes mediante las asignaciones de S. M. el Rey, en esta Villa de Ulea, por intermediación de Juan Phelipe Castaños, Comisario Ordenador de los Reales Ejercitos, cargo que ostentaba en toda la Región de Murcia; en nombre de S.M. el Rey.
A dicho Juan Phelippe Castaños, correspondía efectuar la regulación, tasación y tanteo; hechos que constan el los marqueos, reconocimientos, minutas y otros documentos judiciales, con la finalidad de corroborar su autenticidad. Dichas declaraciones se verificaron en el mismo pueblo por expertos y juramentados en estos menesteres y, cuyos papeles originales quedaron en Contaduría de Única Contribución a los que había que recurrir; en caso de cualquier aclaración.
Leídos estos Asientos de Cargos, se les dio publicidad con el fin de enmendar cualquier error que se hubiese cometido y, subsanarlo si así procedía. Dichas enmiendas si las había, se realizaban ante la presencia de todos los agentes judiciales.
Dicho marqueo se envió a Murcia desde la Villa de Ulea, el día 1 de noviembre de 1757, firmados ante el Notario Lópe Artés, Juan López por las autoridades municipales, y Juan Pay, Pedro Thomas, Joseph Piñero y Diego Fernández.
(1) Era norma, hasta finales del siglo XVIII, designar a las personas con un solo apellido, el paterno y, tanto en España como en América Hispana, se fueron imponiendo los dos apellidos el paterno y el materno, a principios del siglo XIX, para uso administrativo, militar y jurídico. De ahí que el inmigrante llegado a Ulea; procedente de Ojós, respondiera con el nombre de Francisco y, como único apellido; el paterno España.