POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA
Ha llegado el otoño con sus características propias, pero este año están siendo tan acentuadas que verdaderamente se están convirtiendo en excepcionales. El tiempo está permitiendo que los trabajos propios del campo se realicen con la alegría que ofrece la cosecha cuando el tiempo parece colaborar con la recogida de las uvas y de los frutos silvestres. La micología se llena de atractivos paisajes y supone una fuente de ingresos económicos. Las moras y los castaños también son otra actividad que genera riqueza. Y en el marco, al fondo, lo que queda es la soledad del paisaje y algún que otro lobo, no sabemos si castigado o abandonado a su suerte, pero eso es otro cantar.
Este otoño que terminamos de comenzar es el marco ideal para obtener importantes beneficios en el ámbito rural. La estación nos ofrece recreo, al tiempo que una buena campaña de setas que ya constituyen y exigen todo un ordenamiento, que sin duda comenzará por los términos municipales, constituyendo una especie de cooperativa que cuide, fomente y vigile este tipo de cosecha silvestre que aunque tarde ha entrado en el campo de la economía.
Junto al campo de la micología esta el de la castañología . La castaña ha entrado en el campo de la gastronomía en la faceta de la repostería como es fácil comprobar en las grandes superficies, lo cual nos dice muy claramente que ese cierto abandono del castaño bien merece cuidados y atenciones. Sería interesante, muy interesante dar a conocer las posibilidades de este tipo de árbol y nos encontraríamos con un potencial económico de alto nivel.
La zona norte y oeste citadas ofrecen por su geografía, suelos, altitud y climatología, una serie de ventajas respecto a determinados tipos de cultivos, vegetación, arbolado de cultivo y maderables pero que se merecen ciertas atenciones de tiempo y labores, y si han de convertirse en cosechas silvestre, como estoy viendo dado su abandono, al final se le reconocerá con un nombre muy rimbombante y moderno y a «senderear» que es muy sano y divertido encontrarse con un lagarto, el topillo o la culebra de siempre, lo demás no interesa y con un ¡viva las setas! tan contentos.
Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/