POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
El creyente laico, cuando dedica unas palabras al amigo fallecido, en el lenguaje políticamente necio, en lugar de Cielo dice: “allá donde estés”. Pues bien, esas personas que acuden al eufemismo vergonzante, son libres como el viento cuando tocan lo sexual. El apetito todo lo pervierte; un personaje de la zarzuela “Maharajá” reprochaba que alguien dijera amor cuando quería decir “otra de oricios”. A uno de estos pervertidos preguntó la hija, al llegar del colegio: “Papá, ¿cómo se llama eso que hacen en las habitaciones, donde se acuesta mucha gente, unos encima de otros?”. El papá, ese progre del allá donde estés, le respondió sin pelos en la lengua: “Follar, hija; eso se llama orgía y follaca”. Al día siguiente, tras salir del cole y llegar a casa lo abordó la estudiante: “Te equivocaste, campeón; se llama literas, y me dijo la profesora que fueras a verla esta misma tarde”.
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